Él es mi héroe. No puedo dejar de admirar todo lo que hace, no me deja dormir porque prefiero estar viéndole y aprovechar el tiempo que le quede. Me proporciona esos momentos de felicidad que cada vez necesito más en mi vida. Estoy con él desde que era casi un niño. Es casi casi un superhéroe, a veces me parece que sus actos no son propios de un hombre normal, que es imposible llegar a donde llega porque a pesar de sus problemas de salud, sigue luchando. Ha llenado muchos de mis mejores momentos. Es generoso, tan educado que jamás tiene un mal gesto, aunque las cosas le vayan mal o fatal. Empático y muy cariñoso. También es cierto que me hace sufrir, y mucho, pero todo se lo perdono porque me hace vibrar, gritar y llorar de emoción. A ver, no piensen nada, que no diría estas cosas tan íntimas de aquí el padre de mis hijos, el abuelo de mis nietas.
Hablo de él, el que nos reúne en cada partido a toda la familia, sufriendo en cada golpe, incluida mi princesa celta, aunque entre y salga, mientras la pequeña aplaude cuando nos ve a nosotros dando gritos de alegría. Es el que nos hace aguantar cuatro horas e irnos a la cama a las tantas de la mañana. Él quien une frente a la televisión a esta España nuestra, ahora que tanto necesitamos alguna que otra alegría. Para qué contarles la final, el domingo. La verdad es que fue un paseo, pero mi angustia era, supongo que como para media España, saber si iba a dar una rueda de prensa para anunciar que se retiraba. No lo hizo porque, a pesar de jugar, válgame Dios, con el pie dormido, con dolores terribles antes y después, sigue queriendo superarlo para continuar con lo que, está claro, es su pasión, su vida. Verle subiendo la copa otra vez, con el público entregado (a pesar de ser franceses y que al principio siempre iban con el contrincante), verle emocionado de verdad, son momentos que no me quiero perder. Por eso, por él y por mí, espero que esto sea solo un descanso y que vuelva a llenar las pistas con golpes magistrales, increíbles y nos haga ser un poquito más felices. Él, mi superhéroe: Rafa.