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Armando Nosti

Aclarando el impuesto de sucesiones

Sobre el debate tributario

No, no es cierto que la renuncia a una herencia, en Asturias, sea debida al impuesto de sucesiones. En el informe que publicaba LA NUEVA ESPAÑA el 14 de este mes, no lo dice por ninguna parte. Nadie tiene que renunciar a un pequeño patrimonio forjado por sus padres debido a este impuesto.

El mayor porcentaje de renuncias a una herencia se deben a la burbuja inmobiliaria, a la depreciación de unos inmuebles comprados en plena burbuja y financiados en su totalidad o incluso por encima y que después del estallido valen mucho menos que las cargas que tienen. Ese es el motivo principal de las renuncias en caso de parientes de primer grado, es decir, descendientes, ascendientes o cónyuge y todo lo demás que nos cuenten es marear la perdiz. Si se trata de herederos no directos, los porcentajes y condiciones del impuesto si pueden ser un problema y puede que en algún caso provoquen la renuncia, pero no solo en Asturias, también en cualquier comunidad, ya que “los chollos fiscales”, el dumping fiscal, no les alcanza, ni siquiera en Madrid.

El ejemplo que pone el Consejo General de Economistas, también precisa alguna aclaración. Si un heredero de más de treinta años recibe una herencia de su padre de ochocientos mil euros, incluida la vivienda habitual, estará exento de tributar por la vivienda si va a utilizarla como tal en los siguientes años y por supuesto, de los primeros trescientos mil euros, con lo que tributaría únicamente por otros trescientos mil, lo que supondría una cuota muy por debajo de la que indican en el ejemplo. Si además tenemos en cuenta que en Asturias, el régimen habitual es el de gananciales, resultaría que los ochocientos mil euros del ejemplo corresponderían a un patrimonio de un millón seiscientos mil euros del matrimonio, que ya no es un pequeño patrimonio, y que al fallecimiento de la madre, dispondría de las mismas exenciones.

Según datos de la Consejería de Hacienda, en Asturias, solo un 1% de los herederos directos, alrededor de doscientas personas al año, paga por el impuesto.

También aclarar lo que parece obvio, pero se utiliza para confundir, la llamada “plusvalía” municipal, no tiene nada que ver con el impuesto de sucesiones, aunque se liquiden al mismo tiempo.

El impuesto de sucesiones es un impuesto directo. Los impuestos directos son más justos que los indirectos, ya que se aplican en función de las condiciones personales de cada contribuyente. Suprimir estos impuestos significa que o se sustituyen por los indirectos, que pueden llegar a ser tremendamente injustos, o como en Madrid, paraíso fiscal por excelencia, se supriman servicios. Madrid es la autonomía que menos gasta por habitante en sanidad y en educación. Como consecuencia, han tenido que implementar un plan para que las enfermeras sustituyan a los médicos y para que las urgencias en los centros de salud, se resuelvan llamando a un médico del centro más cercano que cuente con él.

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