La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Paz Fernández Felgueroso

Un hombre de parroquia y barrio

Con Fernando Fueyo tuve una relación de aprecio muy estrecha por dos cuestiones. Una, por su compromiso con África, y con Burundi especialmente. Su dedicación a aquellas gentes con las que colaboró tanto tiempo es digna de admirar porque no tuvo que ser fácil trabajar allí durante tantos años. Hay que estar muy comprometido con la causa para participar en algo así. Cuando se asentó en Gijón, de hecho, siguió ayudando, y sé que su ayuda se logró crear una escuela y mandar varios lotes de alimentos. Y le apreciaba por otra cuestión: su amor y cariño hacia el Sporting. Yo lo sabía, y por eso a veces le tomaba el pelo y le decía: “Poca influencia tienes tú con tus plegarias si no acabas de conseguir que el equipo suba a Primera División”. Él se reía mucho con ese chiste y siempre me decía que había que perseverar, que algún día se lograría, que seguiría rezando. Con su equipo sufría mucho cuando tocaba alguna mala racha. Me consta también que era muy estimado en su parroquia por su talante y porque era realmente agradable y colaborador con todo el mundo. En El Coto, Fernando no hizo solo parroquia: hizo barrio. Su vinculación a El Coto, a la cooperación en África y al Sporting se mantuvo siempre. Todos lo sabemos. Y así todos también lo recordaremos.

Compartir el artículo

stats