En el "solarón", terreno abonado a los disgustos del plan de vías desde hace años, ha florecido al fin un proyecto esperanzador tras la unión ayer de todos los partidos de la Corporación municipal para convertir en un gran parque la extensión que va desde el Museo del Ferrocarril a Moreda, zona selvática y usurpada al ciudadano por unas vallas. La mejora de estas parcelas, se supone que no definitiva porque algún día habrá que desarrollar la integración ferroviaria de Gijón, es por lo menos una idea relativamente fácil de ejecutar, más allá de salvar obstáculos administrativos con Adif, organismo poco dado a sentimentalismos. Bien está que la ciudad gane metros cuadrados para el esparcimiento mientras prosigue la exasperante espera por el tren.
