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Javier Gómez Cuesta

Palabras con silencios

Javier Gómez Cuesta

Sin prisas, pero sin pausas

El proceso de igualdad de la mujer en la Iglesia

Este dicho popular puede definir cómo va el proceso de la igualdad de la mujer en la Iglesia y de su reconocimiento en la encomienda de cargos de responsabilidad en el gobierno. Lo que antes parecía insólito, se va convirtiendo en habitual a la vista de los nuevos nombramientos de mujeres, consagradas o laicas, para puestos importantes en la Curia Vaticana y de las diversas diócesis o iglesias locales. El punto conflictivo o debatido sigue siendo el presbiterado femenino y, cada vez menos, el diaconado para el que sigue abierta una comisión de estudio. En la primitiva iglesia hubo diaconisas; se discute si estaban integradas en el sacramento del orden, o solo recibían una bendición como hoy las abadesas.

El punto de arranque sobre la igualdad de la mujer en la Iglesia en la actualidad comienza en el Concilio Vaticano II. El día 23 de octubre de 1963, tuvo una intervención en el aula conciliar, uno de los más importantes personajes de ese evento crucial, el cardenal de Bruselas-Malinas, J.Suenens, después del santo papa Juan XXIII, el más importante en la convocatoria y desarrollo del concilio. El diario francés "Le Monde" en su crónica diaria, relata que “el cardenal abrió fuego con una intervención enérgica y vivamente aplaudida”: "La iglesia tiene una estructura carismática. El E.S. se da a todos los cristianos. Respetemos la libertad de los hijos de Dios". Terminó pidiendo "el aumento de los seglares auditores en el aula conciliar y, en especial de las mujeres, que constituyen el 50% de la humanidad y en la Iglesia las religiosas son el mayor número de consagrados".

Otro dato importante a tener en cuenta en este "proceso" es el número creciente de mujeres estudiosas y tituladas en la ciencia teológica, profesoras y catedráticas en la mayor parte de la Universidades de la Iglesia, especialistas en las diferentes ramas de la teología. Hasta el concilio fueron solo varones. En la curia Vaticana ocupaban puestos de nivel 3º, eso sí, con el mismo salario y derechos de jubilación de los varones. Esta nueva generación de teólogas, laicas y madres de familia, está convencida de que su pensamiento dará nuevos matices a las cuestiones teológicas que ayudará a tener una mirada distinta y enriquecedora y que hará variar algunos puntos de vista que se creen zanjados hasta ahora.

El punto clave va a ser la nueva Constitución Apostólica sobre la Curia Romana y su servicio a la Iglesia en el Mundo, publicada el pasado día de San José. La novedad es que cualquier fiel (varón o mujer) podrá liderar o presidir un dicasterio o un organismo teniendo en cuanta su competencia. Francisco ya había elegido a mujeres para el primer nivel de gobierno. El último ha sido muy significativo y de trascendencia: tres mujeres pasan a integrar el dicasterio de la elección de los nuevos obispos. ¡Que tengan acierto! Se confirma que el proceso va "sin prisas, pero sin pausas".

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