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Alejandro Ortea

Varadero de Fomento

Alejandro Ortea

A un lado, por favor

La Alcaldesa no es bien aceptada por los ciudadanos

Los datos de verdad que se le han puesto sobre la mesa a la inquieta dama de Carbayonia indican algo que es harto conocido por la población de nuestra villa marinera: aquí no se siente ningún aprecio por ella, más al contrario, produce rechazo incluso en una parte considerable del electorado socialista. Esto da para reflexionar mucho y muy seriamente: empeñarse en renovar su candidatura no es bueno para la organización, y sus dirigentes también creen que no, salvo unos pocos concejales colocados por el dedo de la ínclita señora. Por tanto, lo que se impone es dar un paso a un lado y buscar otros proyectos de vida que no pasen por el sillón principal de plaza Mayor, 1. Está claro que los mandatarios de la Agrupación Socialista de Gijón quieren una "Noche de San Bartolomé" y buscan, además de un buen candidato, una salida, digamos digna, para la señora que lleva tres años largos en la Alcaldía de la primera ciudad de Asturias, y para eso se necesita un consenso entre la FSA y Ferraz. Pero lo principal es que la interesada manifieste su indubitable intención de quitarse de en medio en la política local, visto lo poco que la ciudadanía la aprecia: es el gran servicio que nos puede rendir a todos. Por fas o nefas no le ha salido nada de lo que pretendía y, a cambio, se metió en fangales que ni estaban en el programa electoral socialista local ni en el pacto de gobierno con IU al cerrar su coalición. Al hacerlo, quedó todo en el aire y ella como única responsable: no se disolvieron las fundaciones y patronatos, no se metió una pala en la obra de las estaciones y, a cambio, se permitió al añadido sidecar comunista organizar el tremendo jaleo del Muro, ¡tumbado contundentemente por un juzgado de lo contencioso–administrativo! Por mucho que se hable de recursos y bla, bla, bla. Ella asumió personalmente las cosas, ella se ha quedado sola a cambio. Ahora ya no hay Adriana que valga, ni Luisina que eche una mano, ni Adrián que bastante tiene con lo suyo, que se ha quedado igualmente –tras los últimos cambios– colgado de la brocha.

Así que el otro día, en la Feria de Muestras, la atribulada dama, ya que por su agrupación local suenan tambores de recambio, va y pide que no haya revanchismos. Es decir, pide justo lo contrario que ella practicó en uno de esos actos que cuadran tan bien con el dicho de que cree el ladrón que todos son de su condición, y para reforzarlo soltó al auditorio que se debe tener altura de miras. Ella, que no se ocupó más que tirar por lo bajo.

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