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Raúl Suevos

Margarita tiene argumento

Sobre la ministra de Defensa

En tiempos me desempeñé como jefe de información pública de un organismo multinacional, importante por significado pero modesto por dimensiones. Tan modesto que había que espabilarse para "vender" el producto ya que no era habitual que alguien viniese a picar a nuestra puerta. Nuestra política de comunicación era proactiva, para ver si pescábamos algo.

Cuando lográbamos una entrevista para el señorito –todas las organizaciones tienen un señorito– teníamos que prepararla a conciencia y en ello, la parte final, era la confección de un argumentario ad hoc en función del medio y de la actualidad. El objetivo era que el jefe quedase bien y que la imagen de la organización saliese reforzada. No había muchas oportunidades.

Ese argumentario implicaba, entre otros elementos, una serie de mensajes y de ideas para trasmitir la trascendencia de nuestra existencia, la necesidad de seguir creciendo, la importancia que para Europa tenía el concepto y, sobre todo, lo bien preparados que estábamos. Era este argumentario, quizás, el producto más importante de la oficina de comunicación.

En la alta política, alta por la altura en el organigrama del estado, se cuenta con más medios, especialmente los económicos, que hacen que, por poner un ejemplo, al doctor Sánchez se las ponga como a Felipe II, que se decía en tiempos. Son las ayudas empresariales y los gastos de publicidad gubernamental los que convierten el argumentario en innecesario. Cosas de la secretaria de Estado de Comunicación.

El trabajo de detalle, en España, es de suponer que lo desarrolla alguno de esos cientos, quizás miles, de consejeros designados privativamente, que pululan por los distintos gabinetes, aunque una reciente serie danesa, Borgen, nos trajo la figura del Spin Doctor para ejemplarizarnos cómo funciona el asunto cuando el mercado político funciona a la manera liberal, es decir, sin ventajas de parte. Era en otro planeta, aunque fuese Europa.

Aquí todo es más simple, desde el garito monclovita, quiero suponer que tendrán al menos un grupo de WhatsApp, se lanzan los mensajes del momento a los distintos ministerios, en función de calendario u oportunidad, y así vemos como varios ministros un mismo día, y con independencia de la especialidad del ramo, se lanzan desaforados a vituperar al líder de la oposición; o clamar contra el consumo irresponsable de agua, pese a que el nivel de los embalses lleva meses avisando; o animar a vacacionar pese al estado lamentable de nuestra economía. Son los mensajes del argumentario gubernamental.

La última víctima del argumentario ha sido Margarita Robles, recién acabado su veraneo asturiano, se ha lanzado a enviarnos el mensaje del trono de hierro avisándonos que viene un invierno durísimo, y que nos vayamos preparando. Como si no lo supiésemos.

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