A lo largo de su historia, y ya son más de 140 años, el Partido Socialista ha ido, congreso tras congreso, adaptando y mejorando sus mecanismos de participación y toma de decisiones, atendiendo a la demanda interna, impulsada por la militancia, y la externa fruto de una sociedad más exigente con la gobernabilidad de los partidos políticos que optan a responsabilidades de gobierno.

En los últimos años se han ido incorporando y regulando distintos instrumentos de participación y decisión con el objetivo de enriquecer los debates internos implicando al mayor número posible de militantes y simpatizantes, y sometiendo a la aprobación de toda la militancia aquellas cuestiones que se consideran de mayor relevancia e importancia para la marcha de la organización como, por ejemplo, los acuerdos de Gobierno en los que sea parte el PSOE; el sentido del voto en sesiones de investidura que supongan facilitar el Gobierno a otro partido político o la elección de candidatos y candidatas a las diferentes elecciones que se celebren, más conocidas como primarias.

Sin duda, estos instrumentos han contribuido a hacer del Partido Socialista una organización más transparente, participativa y democrática. Como todo proceso que afecta a la cultura organizativa, no está exento de dificultades y precisa de ajustes para que cada vez funcionen mejor, lo que solo se puede conseguir con la práctica, utilizándolos con naturalidad de manera ordinaria.

Las primarias, contrariamente a lo que algunas personas opinan, no es un proceso diseñado «contra» nadie, es un mecanismo que nos fortalece como organización política que escucha y da voz a las personas afiliadas. Las primarias favorecen que todo militante pueda optar a liderar una lista electoral tras someterse al refrendo de las bases. Como consecuencia, el liderazgo de la persona que resulta elegida se ve reforzado por el aval que le otorga la militancia en su conjunto.

Los debates internos, cuando se producen con respeto, lealtad y transparencia, no nos alejan de la ciudadanía. Al contrario, nos acercan a ella, pues, como la sociedad a la que pertenecemos, no somos una estructura monolítica de pensamiento único, sino un conjunto de mujeres y hombres que, compartiendo unos principios básicos como son la igualdad, la solidaridad, la justicia social y la convivencia democrática, podemos discrepar en cómo alcanzar los objetivos comunes o en qué personas pueden liderarnos en cada circunstancia. Discrepancias que, llegado el momento, se resuelven de manera democrática, facilitando que cada militante pueda expresarse a través del voto.

Apoyar la celebración de primarias no es fomentar el ruido y el enfrentamiento interno, muy al contrario, supone apoyar la consolidación de un modelo de partido más democrático y participativo. Un modelo en el que las decisiones más importantes son tomadas por toda la militancia, tras debatir racional y sosegadamente sobre las diferentes alternativas que se presentan.

Si queremos renovar el apoyo de la ciudadanía gijonesa para continuar liderando la construcción de una ciudad más innovadora, participativa e inclusiva, en la que todos y todas seamos igual de importantes a la hora de opinar y decidir, es fundamental que a nivel interno demos ejemplo consolidando los mecanismos que, como las primarias, nos permiten ser una organización más dinámica y democrática.