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Francisco Villaverde

Primarias socialistas: ¡haya paz!

El jueves finaliza el plazo para solicitar la celebración de primarias en el PSOE gijonés. Si se alcanza el cincuenta por ciento, más un voto, del censo de afiliados habrá primarias. Como en el resto de España.

La solicitud de celebración de primarias es el ejercicio de un derecho recogido en los estatutos del PSOE. Quien no esté de acuerdo, con no firmar la solicitud ya está ejerciendo ese derecho y manifestando una opinión.

Por eso, cuesta entender a los defensores de la Alcaldesa que se acogen a los mismos estatutos del PSOE para que ella repita como candidata y quieren negar, a los que creemos que esa es una mala decisión, el derecho a pedir la celebración de primarias.

Si la Alcaldesa quiere volver a ser candidata del PSOE, este es el momento y el lugar para que defienda su gestión y gane, democráticamente, el respaldo de la mayoría del PSOE gijonés. Es el único camino saludable que tiene.

Solicitamos la celebración de primarias porque consideramos que la repetición de Ana González como candidata a la Alcaldía acarreará la pérdida del gobierno municipal y queremos darnos la oportunidad de elegir a otro compañero o compañera que esté en mejores condiciones de garantizar la victoria electoral y un gobierno de progreso en Gijón.

Hay razones contundentes, casi excepcionales, para solicitar la celebración de primarias.

Ya se conocen públicamente los resultados de una encuesta del propio PSOE sobre la valoración de la alcaldesa y la posible actuación del electorado socialista si repite como candidata. La encuesta fue realizada con la aquiescencia de Ana González y responsables de la FSA y nadie, hasta ahora, objetó sus resultados. Y son demoledores.

Aunque el PSOE sigue siendo la opción política preferida por el electorado gijonés hay un 65% del electorado socialista que desconfía de la gestión de la alcaldesa y, en el caso de que fuera otra vez candidata, un 10% votaría a la derecha y otro 20% se iría a la abstención.

Esta falta de afecto hacia Ana González se da en gente de todas las edades. El runrún de "a esa candidata no la voto" es una letanía tan extendida que sorprende que no llegue a oídos de la propia Ana, su entorno o de los responsables de la FSA. Y es mi, nuestra, preocupación.

Cuando la gente dice que no te quiere, o cambias o te abandonan. No importa si gestionas bien o mal o si tu deseo es continuar cuatro años más de alcaldesa. Hay un alto riesgo de perder el gobierno municipal de Gijón y restar un apoyo imprescindible para seguir gobernando en Asturias.

Creo poder afirmar con rotundidad que desde que Ana ganó las anteriores primarias no se produjo una crítica pública desde quienes defendimos otra opción diferente. Ni siquiera cuando no se recató en pronunciarse públicamente a favor del candidato perdedor ante el actual secretario general del PSOE gijonés en la asamblea del pasado abril. Véanse sino las hemerotecas.

De igual manera, algunos optamos por una discretísima participación en la vida orgánica para ayudar a serenar los ánimos tras comprobar que nuestras opiniones eran tomadas como lanzas en vez de como aportaciones que enriquecían el patrimonio común del partido.

Esta misma actitud de lealtad, discreción y respeto hacia Ana y el equipo de gobierno municipal es la que observo en la actual dirección socialista de Gijón y en los compañeros y compañeras que participamos en diferentes grupos de trabajo ofreciéndoles nuestra colaboración.

Lo ilustraré con dos temas que en los próximos meses seguirán siendo polémicos en la opinión pública gijonesa.

La reforma del paseo del Muro se convirtió, desafortunadamente, en motivo de enfrentamiento entre defensores y detractores de la peatonalización y de la circulación de vehículos. Vaya por delante que este "proyecto estrella de la legislatura" sobrevenido tras la pandemia no estaba ni en el programa electoral socialista ni en los acuerdos de gobierno con Izquierda Unida. Tampoco estaba previsto comprometer los 16 millones en que valoran el proyecto –si se lleva a cabo serán bastante más– dedicando esa inversión a un espacio que ya recibió más de 50 millones para maquillar las fachadas de las edificaciones y aumentar el confort de las viviendas.

Me desagrada profundamente esta ligereza e improvisación en la gestión de los recursos públicos. Gijón tiene otras necesidades y otras prioridades más urgentes que atender.

A día de hoy, tal vez lo más razonable fuese aplazar este proyecto y hacer las obras necesarias que garanticen la mayor seguridad en la circulación de vehículos, bicicletas y peatones y evitar así posibles accidentes. Y tratar de encontrar un amplio acuerdo sobre el proyecto para un lugar tan emblemático, y el momento para ejecutarlo sin descuidar otras zonas del municipio.

Otro asunto que será polémico en las próximas semanas es el Plan de Movilidad Sostenible. El Plan ya es un documento oficial que superó el periodo de exposición pública y debería estar pendiente de la contestación de alegaciones para su aprobación definitiva por el Pleno Municipal. Parece que no será así y veremos si con la nueva ronda de reuniones que anuncia el concejal de Movilidad se puede mejorar un documento manifiestamente mejorable.

Tiene una Memoria Económica escuálida. Presupuestariamente es difícilmente sostenible. Socialmente plantea un conflicto "fundamentalista" entre peatón y vehículo, dañino para la ciudad, su actividad económica y social, y que acabará expulsando del centro y de los barrios a quienes no tengan recursos económicos para alquilar una plaza para su vehículo. Y da algunas soluciones, como la creación de más de 3.000 plazas de aparcamientos –incluso en barrios, presume el concejal– en las que el ayuntamiento no invierte un euro y dudo tengan interés para la iniciativa privada.

Si me admitiera un consejo, le recomendaría a la Alcaldesa que hasta final de mandato paralizara los anuncios y la actividad en el área de Movilidad y Medio Ambiente. Sería un buen remedio para evitar más estropicios.

Resumiendo. Estamos en el momento procesal oportuno para decidir si en el PSOE gijonés celebramos primarias o no. Tan respetables son unas posiciones como otras. Ojalá la solución esté alineada con el sentir y los intereses de Gijón. En cualquier caso, compañeras y compañeros, ¡hagámoslo en paz y con libertad!

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