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José Aquilino Velasco

Escrupuloso silencio

"La tribu" ha vuelto y viste colores de guerra

En un mensaje dirigido a toda la militancia gijonesa el pasado sábado, su secretario de organización, César González, detallaba a sus afiliados los términos del debate que se celebrará este martes entre los dos candidatos. Explicaba, por ejemplo, como el debate se celebraría a puerta cerrada, es decir, vetando no solo la presencia de los medios de comunicación, sino también renunciando a su emisión en directo. Algo que choca con lo sucedido hace cuatro años en debates políticos similares organizados por otras ejecutivas.

No es esto, con todo, la parte más llamativa del escrito, ya que a uno inevitablemente se le ponen los pelos de punta cuando lee, de la pluma del propio secretario de organización, como se recuerda a la militancia que "deberá guardar un escrupuloso silencio" estando prohibida no solo la realización de preguntas, sino incluso los aplausos.

De esta manera tan triste, morían olvidados en la coletilla de un mensaje de Whatsapp los cánticos a la democracia y a la participación que esta misma ejecutiva y su coro satelital llevaba entonando machaconamente todo el verano.

Es cierto que uno no es del todo ingenuo, y sabe bien cómo la instrumentalización de los principios políticos, tales como democracia, participación y transparencia, ha sido y es una constante de todos los aparatos partidarios, tan prontos a recurrir a esta fácil retórica como a enterrarla en cuanto las circunstancias y su conveniencia les aconsejan la búsqueda de acuerdos a puerta cerrada. El propio secretario general, Monchu García, reivindicaba públicamente esta forma de actuar hace apenas unos días en un programa radiofónico, justificando así la reciente designación de Floro como candidato por parte de la ejecutiva.

Pero lo que le deja ya a uno la sangre helada es esta exhortación al silencio de la militancia, a la que como a un rebaño sumiso y bien adoctrinado se relega de nuevo, casi sin solución de continuidad, a su papel de "attrezzo", de democrático escenario para las decisiones no democráticas, de comparsa de la mesa camilla a la que nuevamente se le ha puesto mantel y braserito en la calle La Argandona.

De nada servirán las protestas de Ana Puerto, que el propio sábado sacaba un comunicado solicitando a la parte contraria que reflexionara al respecto y le concediera voz a la militancia. La ejecutiva es bien consciente de que su candidato no es capaz de enfrentarse a un debate, que los traspiés son más que esperables y no está dispuesta a que quede constancia. Dicen que las comparaciones son odiosas, pero qué distinto respecto a otro independiente como Tini, que nunca se escondía de nada.

Ana, ya puedes buscarte una buena armadura, que "la tribu" ha vuelto y visten colores de guerra, que la necesidad aprieta y el viejo chamán han prometido buena caza.

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