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Isabel Menéndez Benavente

Tormenta de ideas

Isabel Menéndez Benavente

Cambio de cromos

Hala, a cambiar cromos. Nuestros, claro está, porque no olviden que el dinero y los poderes que ostenta son realmente nuestros, ¿no? O eso dice la biblia de nuestra democracia. El poder es del pueblo y, sin embargo, él (perdón, mejor lo pongo con mayúscula), Él hace lo que quiere, que es vendernos constantemente para poder seguir sentado en el poder. De verdad que creo que es algo patológico lo de este hombre. ¿Alguien es capaz de creer que Bildu, ERC y PNV no van a sacar nada a cambio de no vetar los presupuestos del Gobierno? ¿De verdad alguien creía que esto no iba a pasar? A mí, realmente, ni se me pasó por la cabeza. Tenía claro que amagarían con una enmienda a la totalidad, que era un auténtico brindis al sol para empezar unas conversaciones que todos sabemos cómo acabarán. Los primeros, lógicamente, ellos, sabiendo como saben que los necesita para seguir en el poder. Consiguiendo el voto como siempre.

Tener un Gobierno que está siempre bajo el chantaje es un verdadero problema que estamos sufriendo desde hace muchos años. A expensas, en toda la política nacional, de lo que digan aquellos a quienes no solo no les importan un pito los presupuestos, sino que quieren tener unos propios, lo más alejados del estado opresor que se llama España. Tiene gracia que tenga que pactar y dar palmas de alegría porque no le van a poner la zancadilla sus socios, sabiendo como sabemos, que les dará el oro y el moro. Les dará, cómo no, el cambio de la ley de sedición, que probablemente será con inmediata aplicación (si me apuran, ya los tiene a todos trabajando para sacarla ya) y la renovación del cuponazo vasco, con tal de conseguir lo que se propone. Está más que encantado Él de sacar adelante unos presupuestos que traen un montón de mejoras, que todos aplaudimos. Ayudas y ayudas, subidas salariales al funcionariado, a los pensionistas, transporte gratis, todo ello, por Dios, no puede ser más que necesario y plausible, pero quizás no es el momento de tirar la casa por la ventana.

Cualquier persona que maneje una mínima contabilidad sabe que cuando no hay dinero en la caja, en la casa, en el banco, no podemos hacer regalos. Tenemos que apretarnos el cinturón como llevamos haciendo unos cuantos años. Mientras esto pasa, en vez de aflojar la presión fiscal que le ha dado a este gobierno más dinero que nunca, nos están diciendo por otra parte que estamos prácticamente en bancarrota. Absolutamente todos los organismos prevén un hundimiento del consumo y la inversión en 2023 y están avisando de la catástrofe económica que viene, y, por lo tanto, quizás no sea el momento adecuado para dejar las arcas vacías, para que el siguiente que venga lo arregle. Pero Él sigue haciendo campaña aferrado a su trono, así hunda el país. Si los pensionistas, los funcionarios, los jóvenes de los 400 euros, etc., no le votan, es que están locos. El problema para todos está a la vuelta de la esquina. Está en ese futuro económico negro como el carbón que todos los organismos competentes nos auguran. Pero eso a Él no le importa.

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