A estas alturas, no es arriesgado asegurar que uno de los principales logros de este convulso mandato municipal ha sido la captación de fondos europeos. Gijón ha sabido poner el cazo en el saco de los millones bruselenses que llegan vía Madrid para planes de todo pelaje, desde mejoras en los patios de La Camocha a la recuperación de espacios emblemáticos de Cimadevilla o las obras en centros escolares, anunciadas ayer en un paquete más amplio. El diseño de las propuestas se puede calificar por tanto de exitoso en la medida en que se han ajustado a los criterios exigidos. Pero sería un error lanzar las campañas al vuelo porque al Ayuntamiento le toca ahora lo más difícil: ejecutar en tiempo y forma las ideas haciendo sus propias aportaciones en un tiempo de estrecheces. Primer reto para los que entren en mayo.
