La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Filippo Priore

Por libre

Filippo Priore

Gijón merece un segundo Open

La organización del torneo de tenis

No hace ni un par de semanas que como muchos de ustedes sabrán, o incluso habrán vivido in situ o por televisión, se celebró en nuestra villa marinera, que a veces aparenta ser monoteísta con el fútbol como único dios, se celebró el primer Open Gijón de tenis en la categoría de 250 puntos ATP. Con un cuadro atractivo para un torneo de esta categoría, logró captar la atención y el interés del público, que no solo era lugareño sino que también llegó de otras comunidades autónomas vecinas. En él destacaban los nombres de Rublev (a la postre justo campeón), el local Carreño (¡qué decepción su derrota en cuartos!), el renacido Thiem y el perenne Andy Murray.

Aunque para eterno, Feliciano López, quien en la pista central del Palacio de los Deportes Presidente Adolfo Suárez (¿se decidirá alguna vez el Ayuntamiento a colocar el nombre completo sobre la fachada del emplazamiento deportivo?), deleitó a los presentes a sus 41 años con sus saques a velocidad como para poner un cohete en órbita. Por cierto, que el jugador toledano, siempre activo en redes, ironizó sobre la última encuesta del CIS, escribiendo en su cuenta que, según Tezanos, le quedan muchos años de tenis por delante.

No seré yo quien pretenda engañar al lector, hablando de llenos absolutos todos los días, pues estos tan solo se rozaron en el partido citado de Carreño y en las dos últimas jornadas con las semifinales y la final. En el resto, se pudieron ver demasiadas butacas vacías y esto es algo que convendría buscar el modo de solucionar. ¿Qué tal potenciar como se debe un abono para todo el torneo? ¿O para esas jornadas en las que se sabe que habrá menos afluencia?

Pero en lo importante, la organización estuvo impecable para haber tenido tan poco tiempo para preparar el torneo. La "fan zone", con chiringuitos donde el público podía tomarse un refrigerio, fue un éxito y se confirma como un espacio a aumentar, colocando incluso una pantalla gigante fuera, como se hace en los grandes torneos. En cuanto a la retransmisión deportiva, cumplió con su objetivo de poner a Gijón en el mapa tenístico, lo cual no es nada fácil, habida cuenta de la cantidad de torneos menores que, a menudo, coinciden. De ahí la dificultad de poder traer a jugadores de mayor ranking. Quizás en algún descanso sin publicidad se echó de menos un dron que sobrevolase la zona exterior, con El Molinón Enrique Castro Quini como primera toma para llegar sobrevolando hasta el Muro. Con eso sí se fomenta el turismo.

Como cabía esperar, no faltaron las críticas de los grupos prollingüistas a la ausencia por completo del topónimo de Gijón en asturiano, siendo únicamente en español como se podía leer, tanto sobre la pista como en las vallas publicitarias. Temas menores. Lo importante es que Gijón ha demostrado merecer una segunda oportunidad y que el tenis vuelva a ser el deporte protagonista durante una semana larga.

Compartir el artículo

stats