Todo indica que las tiranteces entre las direcciones del PSOE e Izquierda Unida irán en aumento de aquí a las elecciones de mayo, al mismo tiempo que las relaciones entre ambas formaciones en el gobierno local seguirán intactas o incluso con tendencia a mejorar. Una paradoja que responde no solo al clima preelectoral, que invita a cada parte a marcar territorio, sino especialmente a la inédita situación generada en las filas socialistas con la defenestración de Ana González. La Alcaldesa querrá defender en el medio año que le queda en la plaza Mayor su legado, en parte obra compartida con su socio. Y Monchu García tratará de poner tierra de por medio para que los asuntos espinosos no se vinculen con el candidato Floro. El plan de Movilidad y ahora el Piles han motivado los primeros fuegos cruzados. Habrá más.
