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Alejandro Ortea

Varadero de Fomento

Alejandro Ortea

Rottenmeier

Agitaciones y mixturas consistoriales en modo preelectoral

Un día de estos, se formará en alguna de nuestras calles o avenidas un bache y en esto lloverá. Vendrán las contratas del ayuntamiento a cerrar el bache y nos aparecerán unos preocupados ecologistas por lo que va a ser de esa lámina acuática, frecuentada por ánades, limícolas y otras especies voladoras. Al parque de Isabel la Católica le ha pasado algo parecido: años de dejadez en el cuidado de sus estanques y cuando, por fin se nos anuncia que se adecentarán y se efectuará su dragado, comparecen en escena unos ciudadanos, sedicentes ornitólogos, muy alterados por el dragado de los susodichos estanques, se preocupan por las aves acuáticas que crían en sus orillas. Sería lo que nos faltaba: mantener esas aguas así sucias y esos ridículos calados cuando el fin de los pequeños lagos no es la cría de aves sino el ornato para entretenimiento de los visitantes del parque. Tan participativos somos en esta villa marinera que, de personas interesadas en las cosas de nuestro pueblo, corremos el riesgo de convertidos en molestos metomentodo.

Así les pasa a los de Izquierda Unida, siempre atravesados y metiendo sus narices en casa ajena con afán censor: será una antigua reminiscencia leninista de ordenar la vida ajena hasta en sus más íntimas actividades. Vamos a ver, desde que perdió democráticamente su oportunidad para repetir como primera autoridad, la doliente dama de Carbayonia, no pierde la oportunidad para molestar bien mediante pellizcos de monja, bien con actuaciones de más enjundia, la actuación de la directiva socialista gijonesa. Naturalmente, el responsable de la cosa, el paciente Monchu García, se dejó decir el otro día que todo el mundo tiene derecho a su momento para el pataleo, quitando importancia hacia las cositas o cosonas que haga la molesta perdedora en estos meses de descuento en los que la ciudad debe soportarla por ahí atravesada dando la lata, que hasta Estrasburgo se nos fue, para prácticamente nada, a cargo de los sufridos contribuyentes.

Estas cosas forman parte del operativo del pataleo al que se refiere el sufrido responsable socialista. Lo curioso del asunto es que quien sale a reñir a los directivos del PSOE por su atrevimiento es Ana Castaño, la de IU. Ya son ganas de convertirse en la "Fräulein Rottenmeier" de la política local y preocuparse de las cuitas de su casa, que por cierto están peliagudas, debatiéndose entre el ser y la nada. No pasa nada, todos estos rifirrafes se curan una vez hablen las urnas en un sentido u otro. Pero vaya meses de incongruencias nos esperan. Tiempos en los que nada será lo que parece y cada cual encontrará los más peregrinos argumentos para asomar la cabeza un poquito más.

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