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Alejandro Ortea

Varadero de Fomento

Alejandro Ortea

Fracaso impensado

Vuelta a los deseos de mejora y prosperidad ciudadana

Ha sido la responsable de Podemos en el Ilte. Ayto. de Gijón, Laura Tuero, la que ha resumido en una sola frase lo que hay políticamente en este Consistorio: "Ni uno solo de los grandes planes de transformadores de la ciudad se ejecutarán en este mandato". Ya desde el principio se vio venir, pero no se esperaba tamaña desolación, que no cumple casi ni con las mínimas tareas de mantenimiento. Se esperaba al menos algo, mas no ha habido nada. Para ser justos, por el medio nos asoló la pandemia, que rebajó los ánimos, pero tampoco ello tenía que significar el no hacer nada. Dejar asuntos tales como la ordenación del tránsito en el Muro o la regeneración del Piles en manos del adherido comunista, Aurelio Martín, fue de una gran imprudencia temeraria. La recién llegada de Carbayonia despreció a los integrantes de su lista de concejales, como a estas alturas es público y notorio, y fichó a Martín como su gran esperanza blanca, pero el centollu salió aguarón y con el paso de los meses demostró su incapacidad para arreglar las cosas y su habilidad para liarlas y echarse al público elector encima.

Fue tal el malestar que recorrió nuestra villa marinera que la parte más sensata y mayoritaria de la Agrupación Socialista gijonesa se levantó a golpe de voto y se deshizo del concejal comunista y de la alcaldesa llegada de la capital, vía La Fresneda. La cuestión estriba en que quienes lleguen nuevos, sean los que sean, se las arreglen para conseguir que la ciudad vuelva por el camino que llevaba, es decir, poner el pensamiento en la cuidada atención al interés del conjunto ciudadano.

Por otro lado, tenemos el envejecimiento de la población, bien que no sea un problema particular y resulte muy común a grandes zonas de España, pero habrá que empezar por alguna parte y una de las prioridades es la de formar un eje de atracción de conocimiento para que se formen las generaciones que hayan de venir, y lo hagan teniendo en cuenta aquellos focos de producción y creación del momento. Se trata de que se le devuelva a Gijón aquel espíritu que en los noventa sirvió para que sus habitantes recuperasen una ilusión perdida y que el resto de Asturias la tomase como ejemplo y quisiese lo mismo para sus ciudades y villas. No es posible ni sería deseable volver treinta años atrás, pero nuevas cosas han de ponerse en marcha para recuperar el pulso perdido. Y olvidemos ya los proyectos fracasados sin dar la lata con cantinelas ya arrumbadas, empeñados en malas ideas e inútil derroche de necesarios recursos.

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