La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Raúl Suevos

Desde Asturias para el mundo

Los Premios "Princesa" y su impacto universal

Siempre que puedo, asturianía obliga, me pego al televisor para asistir, desde la comodidad del sillón, a la entrega de los premios Princesa de Asturias; seguramente la más importante, recurrente y efectiva operación de comunicación institucional que se haya desarrollado en España en esta etapa histórica.

Observando los ecos en la prensa internacional, puede constatarse que la espalda de la reina o los vestidos de las princesas concitan enorme interés, pero en algunas publicaciones, las importantes, se presta atención a los discursos. Este año, los de Adam Michnik y el Rey resultaron de especial relevancia europeísta; un Rey de semblante preocupado que sólo se permite bajar la guardia en pequeños momentos de complicidad con la heredera; pero a mí también me conmovió "la palabra" de Mayorga, y el hondo sentimiento humanista de Matos Moctezuma.

En la prensa nacional destaca "la del corazón", centrada en las vestimentas de las señoras, con especial dedicación a lo que el acontecimiento tiene de pasarela mundana. Es quizás el signo de la actual sociedad española, centrada en lo superficial y aparente. Como sucede con el covid, "aparentemente" desaparecido en este evento a tenor de la ausencia de mascarillas, pero amenazante con nuevas variantes en el futuro próximo. Ye lo que hay.

Algunos analistas, y yo también aunque no merezca tal cualificación, se centraron en el papel de la titular, la Princesa de Asturias, obviando por supuesto la inoportuna indisposición que deslució el segundo día de las infantas; una actuación que giraba en torno a dos factores, el discurso, redactado magistralmente por alguien cercano a la Corona, con visión y conocimiento de la trascendencia de este acto, y que doña Leonor leyó con el empaque que se espera de su edad y proyección para quienes creemos en el futuro de la Monarquía; y por otro lado su evolución física, fenómeno secuestrado para la ciudadanía a causa de su internado en tierras de la vieja Gales, y que estos días hemos podido apreciar que está preparada para responder a la gran pregunta del año próximo.

¿Vendrá de uniforme la princesa en el 2023? Son tiempos de igualitarismo radical, especialmente con nuestro gobierno, que será el encargado de lidiar con la cuestión si se cumple el calendario electoral. Y es que, una finalizado el actual periodo de formación de la Princesa, alguien tendrá que decidir, con anuencia de la Corona o viceversa, si doña Leonor causará alta en la Academia General Militar, como es tradición en España y en el resto de Coronas europeas.

El actual plan de estudios de las Academias militares españolas, con participación universitaria, facilita compaginar una formación militar con un currículo adaptado a las necesidades de la Corona, y acercaría a doña Leonor a la ciudadanía.

Compartir el artículo

stats