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Ricardo Gayol

Podemos y la unidad de la izquierda

Es la hora de la responsabilidad

Los ecos de la clausura el pasado 6N de la Universidad de Otoño de Podemos, bien aireados y magnificados por la interferencia mediática, no dejan de constituir un punto de inflexión relevante para fijar el pulso de la situación incierta todavía de la unidad de la izquierda en los próximos compromisos electorales.

Mientras Yolanda Díaz desarrolla su hoja de ruta de Sumar para avanzar en el proceso ciudadano de implicación en su proyecto de futuro, la actitud de Podemos expresada en la forma incisiva e intensa, que Pablo Iglesias sabe exhibir, produce una inquietud lógica. Pues si bien la dialéctica utilizada no fue para nada rupturista, sí ofrece elementos de duda, de necesaria y urgente clarificación en el tiempo más corto posible.

En el acto mencionado, al que tuve la suerte de acudir como invitado, hubo una intervención providencial, que aclara el camino a recorrer, me refiero a la de Fernando Pereira, representante del Frente Amplio del Uruguay, quien expresó con absoluta nitidez el proceso y el éxito de su experiencia unitaria, preservando la pluralidad de las fuerzas y movimientos componentes del Frente, con una unidad sólida en su quehacer político para confrontar en las urnas y para gobernar el país. Alguien a mi lado gritó: "vos sos el modelo" y yo comparto esa afirmación.

No dudamos de que hubiera sido más deseable que la buena sintonía existente hace año y medio entre Iglesias y Yolanda, que propició la recomendación de Pablo para que ella liderara el proyecto unitario, se mantuviera en el tiempo sin mayores quebrantos. No ha sido así y lo lamentamos, pero lo que está en juego supera con mucho la peripecia de una relación personal y política, que en todo caso debe adecuarse al interés general de los objetivos políticos de ese espacio. Es entonces la dialéctica entre Podemos y Yolanda la que debe resolver esta dinámica. Otros agentes del proceso como IU están actuando con otro criterio de inclusión en el proyecto para virtualizarlo como proceso. Podemos en cambio quiere optar por un pacto desde fuera, esto puede complicar la gestión de los consensos, pero también hay que entender que la forma no es lo decisivo del proyecto, sino el grado de acuerdo que se logre consumar al final. Y eso no tengo duda de que se conseguirá.

Sin embargo, hay un reto previo que va a incidir mucho en el buen resultado de ese recorrido complejo, son las elecciones municipales y autonómicas que van por delante en el calendario. Ahí sí urge hacer un esfuerzo para favorecer los pactos, que luego contribuirán a consolidar la unidad. Y este paso me preocupa, tanto porque Sumar queda fuera, como por el clima que los últimos desencuentros han creado, sobre todo desde las andaluzas. Por ello ante todo es fundamental que el nivel de acuerdo alcanzado en el marco de Unidas Podemos sea el mínimo compromiso al menos que se debe mantener para afrontar las municipales y autonómicas a convocar. Y Asturias esta vez debe cumplir ese criterio sin excusas.

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