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Alejandro Ortea

Varadero de Fomento

Alejandro Ortea

Otro jaleo consistorial

Habrá borrador de presupuesto, aunque no se apruebe

A ver si se cumplen los buenos presagios y este año no hay botellón la última noche del año promovido por unos chigreros en la plaza Mayor de nuestra villa marinera. Los mercaderes de alcohol quieren muchas horas de jaleo y ruido, así como barras expendedoras en la calle para la venta de los tóxicos líquidos a las manadas de personas en su mayoría jóvenes. Cinco toneladas de porquería se recogieron por parte de la empresa de las basuras en el primer amanecer de 2020, última vez antes de la pandemia, tras el desfase de la Nochevieja recién terminada. La primera plaza de la ciudad no se puede convertir en un escenario para actividades impropias. Que cada quince días se monte en fin de semana un mercadillo artesano es pasable. Ya no lo es tanto que por los carnavales se echen espectáculos, aunque la lectura del pregón les proporcione la disculpa, al igual que el pregón de la Semana Grande o los discursos de los Reyes Magos; y no digamos nada si nos cae la breva de que el Sporting suba de categoría, aunque la sensación es de que tardaremos en verlo.

A los socialistas del concejo les suele pasar que cada cierto tiempo las cosas se les desmandan: lo de la inmoderada juerga de Nochevieja comenzó inocentemente con unas campanadas y una copita de espumoso por cuenta del propio Ayuntamiento, luego llegaron las presiones de los chigreros y terminaron organizando ellos la desmadrada juerga. Pues lo mismo con los de IU: se empeñó la arrumbada dama de Carbayonia en incluir a los comunistas, disfrazados con el decrépito invento de Gerardo Iglesias et alii para ver si arañaban algún escaño más, y los dejaron pasar hasta la cocina. El resultado de eso fue por ejemplo el caos del "cascayu" en el Muro y otras ocurrencias peregrinas del concejal Aurelio. Tanto ha desgraciado este concejal que sus propios conmilitones le están forzando suave, pero contundentemente, a que "voluntariamente" se haga a un lado y deje paso a Ana Castaño, la coordinadora en la ciudad de esa IU.

Los dos principales protagonistas de los inicios de la corporación, la Alcaldesa, conductora de la moto, y concejal delegado de tantas cosas, el sidecar comunista, han terminado con el vehículo en la cuneta mientras la vida sigue. Y tanto sigue que la parte minoritaria de la coalición de gobierno ha forzado algo que la parte mayoritaria no veía nada claro: presentar unos presupuestos para 2023. Habrá borrador de esas cuentas, muy discretamente confeccionado, mas parece difícil que lleguen a votarse o de hacerlo que sean aprobados, dado el endiablado juego de las mayorías en el pleno. Sí, un jaleo, pero es lo que hay.

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