Tregua para el Muro

Lo mejor que puede hacer el gobierno local con el plan especial del Muro, tras una licitación desierta y varias semanas de negociaciones infructuosas con empresas especializadas en urbanismo, es dejarlo como está. Porque, con el mandato municipal agonizante y la división social atemperada a la espera de que el Tribunal Superior de Justicia de Asturias se pronuncie sobre el "cascayu", no parece oportuno ni pragmático hacer cambios de calado en el documento sabiendo que serán otros quienes gestionarán la transformación (o no) del paseo a partir de junio. El eje marítimo, campo de batalla durante tres años y tumba política para algunos, se merece una tregua. Al menos, hasta la campaña electoral.

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