Juan de la Cruz y Lope de Vega, poetas de Navidad

Fidel García

Fidel García

La postmodernidad líquida sin relatos de sentido y con mucho laicismo frío pretende oscurecer el Misterio de la Navidad con mitos neopaganos rodeados de cisnes blancos y eléctricos con picos amarillos. Por eso, es más necesario que nunca acudir a los grandes líricos, como Juan de la Cruz y Lope de Vega.

Juan de la Cruz, poeta más divino que humano según Marcelino Pelayo, plasmó el Supremo Misterio del Nacimiento de Jesús en romance, el verso más español, concentrado en simbolismo nupcial teológico:

"Ya que era llegado el tiempo / en que nacer había/ así como desposado / de su tálamo salía/ abrazado con su esposa / que en sus brazos la traía / el cual la Graciosa Madre/ en un pesebre ponía / entre una animales/ que la sazón allí había / Los hombres decían cantares/ los ángeles melodía/ pero Dios en el pesebre/ allí lloraba y gemía / y la Madre estaba en pasmo del que tal trueqee veía/ el llanto del hombre en Dios / en el hombre la alegría".

El Fénix de los Ingenios cantó el Misterio de la Navidad en una arcadia esculpida en verso y prosa llena de matices en "Pastores de Belén", en donde se poetizan los hermosos relatos evangélicos de la adoración de humildes pastores y poderosos sabios de Oriente, que en Cabalgata espléndida se dirigen a Belén, guiados por su Estrella, después de burlar la crueldad sanguinaria de Herodes, el primer infanticida conocido por la Historia. En versos luminosos, Lope canta:

"Reyes que venís de Oriente / no busquéis la estrella agora / que su luz ha oscurecido / este sol recién nacido / en esta Virgen aurora / ya no hallaréis luz en ellas, el Niño os alumbra ya / porque donde sol está no tienen luz estrellas.

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