Varadero de Fomento

Periferia en ascuas

La zona rural y Luis Miguel Piñera

Alejandro Ortea

Alejandro Ortea

Sabido es que la relación entre la dama de Carbayonia, a la sazón todavía primera autoridad de nuestra villa marinera, y su concejal delegado de la zona rural, Ramón Tuero, no es nada fluida, de hecho no es buena en absoluto. Quizá por ello, a pesar de que el concejal pasó sus números, para el borrador de los presupuestos, no consta partida alguna reseñable para la zona rural. Naturalmente, el concejal se ha enfadado y ha contado a representantes de los barrios periféricos lo que hay crudamente. Ahora, el enfado es también de los habitantes de esa periferia local, uno de los cuales se ha explayado y ha dicho lo obvio respecto a la aún regidora: "Está perdida, no entiende las necesidades de la zona rural". Leído en LA NUEVA ESPAÑA. He ahí el problema. Gijón no es sólo la playa, la calle Corrida o el Sporting. Hay todo un concejo con sus carencias y necesidades. El Ayuntamiento gobierna sobre todo el municipio, no solo sobre el núcleo urbano. Ya sin posibilidades de continuar en el machito, poco le importan los problemas a los que se haya de enfrentar la próxima corporación. Por eso estos presupuestos no merecen ser aprobados y es mejor continuar con la prórroga hasta que la "strega" se esfume con la primavera.

El último cronista oficial de Gijón, Patricio Adúriz, falleció en octubre de 1992, hace más de treinta años. Diferentes y sucesivas corporaciones no han encontrado un nombre que concite un cierto consenso que permitiera el nombramiento de una persona. Parece que se va perfilando el nombre de alguien que sería muy adecuado para encarnar esa figura: Luis Miguel Piñera, Luismi. Es competente en el conocimiento de la ciudad y sus cosas y, de hecho ya viene realizando esta tarea con sus publicaciones de forma oficiosa y sin desmayo. A ver si se soluciona el asunto antes del fin de este mandato.

N. B. Falleció la estupenda periodista y querida amiga Pepa Telenti. La recuerdo en la sala de control de una radio en la que trabajé hace unas décadas, mientras otro compañero grababa uno de sus diarios comentarios. Aquellos minutos nos daban para charlar, generalmente de la profesión y de la actualidad política. Con el paso de los años, nuestros caminos se fueron entrecruzando y ella siempre sonriente y sosegada. El sentimiento y pesar por su desaparición son hondos. Sus caminos profesionales fueron variados y en todos los cometidos dejó constancia de su valor profesional y personal. Supo estar a los dos lados del mostrador: como informadora y como responsable de comunicación de alguna entidad o institución. Eso le permitía ponerse y comprender siempre las necesidades y demandas de sus interlocutores. Descanse en paz.

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