La ley del péndulo entre partidos populistas

Jaime Torner Gracia

Jaime Torner Gracia

Recientemente, la cuestión del aborto ha sido objeto de intensas polémicas motivadas por el discurso populista de Podemos y su antagónico de Vox. Así, Podemos defiende el aborto a ultranza; mientras, desde el Gobierno de Castilla-León, Vox propuso pedir una ecografía 3-D previa al mismo para que la solicitante reconsiderase su decisión al ver imágenes del feto y oír su latido cardíaco. No obstante, según la Sociedad Española de Ginecología, dicha prueba solo procede en el cribado de trisomías o malformaciones congénitas por posible daño al feto.

Ante la polémica creada con el Gobierno central, el Presidente de Castilla-León desautorizó al autor de la propuesta (su vicepresidente), debiendo retractarse o, cuando menos, matizar lo manifestado. Esta noticia merece diversas consideraciones:

En primer lugar, tan cuestionable es pretender evitar abortos mediante ecografías 3-D que presionen emocionalmente a la afectada como fomentarlos en menores de 16 años sin permiso paterno; especialmente cuando la nueva Ley debería primar criterios éticos y médicos sobre otros políticos e ideológicos que, atendiendo el CGPJ, podrían ser anticonstitucionales.

En segundo lugar, son discursos antagónicamente populistas de izquierdas y derechas que sondean el impacto social para calibrar hasta donde pueden "tensar la cuerda" de su posicionamiento político ante el electorado. Ambos populismos también utilizan la técnica del "y tú más" para fomentar una espiral de confrontación política, utilizando improperios de pobre catadura parlamentaria que generan eventual crispación social.

En tercer lugar, nuestro amplio abanico parlamentario se justifica por la facilidad para fundar partidos políticos y la vigente Ley Electoral (a una vuelta) que permite componendas electorales (ocasionalmente aberrantes) para obtener mayorías absolutas de gobierno.

Dicho lo cual, considero al "bipartidismo" como la estructura política más ajustada a las democracias occidentales consolidadas (Reino Unido, EEUU); aunque, dentro de estos partidos (Laborista-Conservador en Reino Unido; Demócrata-Republicano en EEUU), pueden existir varias corrientes de opinión bajo una disciplina común.

En España, según la actual Ley Electoral, el bipartidismo tendría la ventaja de evitar pactos electorales para gobernar con mayorías absolutas porque nuestra experiencia con los "partidos bisagra" es negativa. Lejos de mostrar sentido de estado, bloquean la estabilidad política del país con cuestionables mercadeos de escaños, primando el interés de su propio "lobby" político sobre el beneficio del bien común.

En síntesis, la ley del péndulo emanada de los populismos radicales (de izquierdas y derechas) amenaza con perturbar la estabilidad política del país; pareciendo razonable volver al sistema bipartidista (con un partido conservador y otro socialdemócrata) y evitar ensayos políticos que solo parecen conducir a crispación social. Evidentemente, la ciudadanía podría modificar semejante escenario mediante su voto en las próximas elecciones generales.

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