Eje sin trenes

Muchos discursos y pocos presupuestos y nuevas obras

Paco G. Redondo

Paco G. Redondo

El eje atlántico ha incluido a la región francesa de Aquitania (Burdeos) en su grupo para reivindicar más inversiones para estas regiones franco-españolas, estaría bien que además incluyeran a Portugal Norte (Oporto). Siempre y cuando esa alianza sirviera para algo práctico, que es lo que está por ver. Para algo más que discursos pre-electorales teóricos, por muchos proyectos y bocetos con colorines que los acompañen, pues lo que de verdad importa son los presupuestos y las obras en marcha; limitarse a anunciar proyectos sin financiación es un brindis retórico al sol. Un ejemplo: ¿se quiere recuperar la "autopista del mar" de Gijón a Nantes, por ejemplo para exportar vehículos Renault desde Palencia y Valladolid? ¿O solo se pretende boicotear los coches –aunque contaminen menos–, y con ello la industria "capitalista" y el empleo?

Yéndonos a los trenes, este 2023 se caracteriza por el estreno de nuevas compañías ferroviarias en competencia con el ex monopolio estatal de RENFE, caso de la francesa Ouigo (vagones de dos pisos) o de la italiana Iryo (los trenes rojos). Comienzan ofreciendo servicios entre Madrid y levante y sur, con trayectos a precios de promoción a Barcelona, Valencia, Alicante, Málaga y Sevilla. Igual que sucedió con las compañías aéreas, esperemos este aumento de la competencia conlleve precios estables más reducidos. ¿Y el anillo pa cuándo? Cantaba Jennifer López; ¿y en Asturias pa cuándo? De momento sin fecha. Creciendo el número de viajeros confiemos lleguen en 2024 mejor que en el 2025. Por Asturias me refiero a Oviedo y Gijón, no solo a Pola de Lena.

Hay sin embargo dos contratiempos para esta mejora de las comunicaciones europeas: Portugal y Francia. Se llenan la boca de hablar de los fondos Next Generation de la UE, un billón de euros, y de ellos 140.000 millones para España, pero el gobierno portugués tiene aparcada la conexión por tren Lisboa a Madrid, y el francés no prevé culminar hasta 2040 los de alta velocidad de Burdeos a Irún: ¿entonces cuáles son las nueces debajo del ruido? Si queremos vertebrar el noroeste, también nos vendría bien un AVE Oporto–Coimbra–Valladolid–Gijón. Los vuelos a Dublín y Ginebra probablemente no resultarán rentables a medio plazo, más atractivo respecto a Bogotá, Casablanca y Estambul. O ser apenas el parque temático del páramo verde para osos, jabalíes y lobos.

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