Varadero de Fomento

A la rica berza

Demasiado producto de la huerta por nuestro Ayuntamiento

Alejandro Ortea

Alejandro Ortea

Plantan hortalizas en el Parchís y otros jardines en lugar de flores. La paletada responde, al parecer, a petición vecinal que nació en los consejos de distrito y a iniciativa de la asociación de la zona centro "Jovellanos". Quedaron descansados. La pretensión es que los niños conozcan los productos de la huerta; pues que los lleven al campo y que no estropeen el ornato que deben lucir los que el otro día apagaron las luces de algunas zonas de la ciudad para atender la llamada de una asociación ecologista internacional, que es más bien un sacacuartos de incautos particulares y frívolas instituciones. Parterres de nuestras escasas plazas y jardines. Pero si los inventores de la memez tienen su relativa responsabilidad, es el gobierno municipal el que con esta anécdota demuestra que no sabe una vez más por dónde anda. La cuestión es una anécdota menor, pero indica a las claras en manos de qué débiles mentales hemos estado. Cuánto ingenio anda suelto.

Para olvidarnos de estas penas consistoriales, tuvo lugar una tradicional cita gastronómica como es el botillo de la Casa de León. Levanta el ánimo que se mantenga una tradición de nuestros vecinos leoneses instalados en la ciudad alrededor de una mesa para degustar un manjar tradicional en muchas comarcas del antiguo reino leonés. Loable iniciativa que rezuma positivismo y hermanamiento: una noticia de esas que alegran el ánimo entre tanto mal acaecido de los que no queda más remedio que dar cuenta.

Cuando un mindundi alcanza a ocupar un puesto representativo, por modesto que sea, solamente acertamos a saber de su frivolidad y bobería una vez abandonado el puesto. Por eso, este tipo de incapaces desaparecen de la escena, en ocasiones llenos de rencor y propalando invenciones. Pronto tendremos unos cuantos desocupados de esta clase sueltos por nuestra villa marinera y contaminando los habituales mentideros y barras de bar.

Por ejemplo, alguno habrá que pretenda venir a contarnos las bondades del agravio ciudadano que se está cometiendo con la ecomanzana de La Calzada. Puro leninismo aplicado malamente que está dejando a decenas de familias desamparadas en aras de una movilidad mal entendida. Con expresión moderna que se lleva en el continente, lo llaman "pacificación" de la zona. Un incordio tan grande que inicia unas obras que hacen perder decenas de plazas de aparcamiento, antes de aportar la solución al descalabro, merece la general reprobación. Ya está puesta la cuenta atrás para que el comunista concejal Aurelio desaparezca del mapa con sus salidas de pata de banco. Probablemente, lo de La Calzada es una compensación en su enredado hacer político para que no se diga que sólo molestó durante su mandato a los vecinos de la zona Este.

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