Taza y media

Una casa de todos

Eloy Méndez

Eloy Méndez

El centenario de la muerte de Rosario de Acuña ha servido para abrir de par en par la casa de la librepensadora en el Cervigón, silueta inconfundible del litoral gijonés que combate en soledad la humedad y el salitre a pocos metros de los paseantes que bordean los acantilados por la senda que lleva de San Lorenzo a La Ñora. La exposición inaugurada ayer sobre la autora supone, por lo tanto, una reivindicación de su obra y figura, pero también de la vivienda en la que pasó horas de reflexión y escritura como mujer adelantada varias décadas a su tiempo. El borrador inicial del proyecto para que la ciudad opte a ser Capital Cultural Europea recoge la recuperación de este singular espacio para la ciudadanía, sin demasiada concreción. Bienvenidas sean las ideas en esa dirección.

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