Por libre

Una visión distinta de Eurovisión

Sobre la participación de España y las acusaciones de plagios

Filippo Priore

Filippo Priore

Ha querido la casualidad que el pistoletazo de las próximas elecciones locales y autonómicas coindicidesen con otra elección que siguen (me atrevería a decir que con más interés que las primeras), millones de personas, no sólo ya en España, sino en toda Europa y en el mundo entero. Me refiero como habrán intuido a la elección de la supuestamente mejor canción de Europa, durante la celebración del Festival de la Canción de Eurovisión.

Con la brillante actuación y ese tercer puesto que lograse España en la pasada edición con Chanel, no eran pocos los que pensaban que a partir de romper ese maleficio que perseguía a España, todo fuese ya miel sobre hojuelas para uno de los denominados "Big Five", y que contrariamente a los que muchos creen, nada tiene que ver con los países fundadores de Eurovisión, sino que es algo tan material, como ser las cinco, naciones que más dinero aportan a su organización.

¿No les parece que aunque fuera pervertir en función de sus contribuciones monetarias, (como presuntamente hizo el Barça años atrás con sus "donaciones" al estamento arbitral), estas naciones recibiesen un pequeño empujoncito por parte de los jurados? Pero no hacia atrás como le ha ocurrido a nuestro querido Real Sporting durante toda la temporada, virtualmente, no matemáticamente, salvado (¡cuidado con vender la piel del lobo antes de cazarlo!).

Pues viendo la clasificación de este Festival 2023, se diría todo lo contrario, pues si miramos la clasificación de los 26 países en una gala muy por debajo en su nivel con respecto a anteriores, nos encontramos con esas "grandes cinco", salvo Italia, más que merecida cuarta, y que bien pudo llegar más arriba de no ser por el rácano televoto recibido, que en el caso de España, le otorgó una mísera limosna en forma de cinco puntos, lo que la dejó hundida en el puesto decimoséptimo. ¿Justo resultado? No. Puede que no fuera para quedar en el "top Ten", sí al menos muy cerca de él. La culpa es de Putin, eso lo sabemos. Pero qué decir entonces de Francia, un puesto por detrás o de las otras dos Big: Reino Unido, penúltima y Alemania última.

Y por si fuera poco la ganadora, Suecia, no tardó en recibir reproches por su posible plagio, algo que se repite todos los años con alguna canción. El problema surge cuando gana y uno comprueba que hay fundamentos para ver, o mejor dicho escuchar, parecidos con todo un himno de años atrás: el "Flying Free" que sonaba en la discoteca Pont Aeri, que puede considerarse el lugar donde naciera aquel género musical, variante del dance, conocido como "máquina".Un martirio para quienes sufrieran de migrañas.

Esto del plagio se está volviendo una peligrosa costumbre, pues lo mismo se plagia una canción que una presidencial tesis doctoral. Es más, existen ya programas de inteligencia artificial capaces de elaborar a demanda una tesis,que sea capaz de saltarse los programas creados para desenmascarar a los tramposos. Da miedo sólo de pensar hacia dónde vamos.

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