Por el bien de Gijón

Urnas de votación en el Antiguo Instituto.

Urnas de votación en el Antiguo Instituto. / ANGEL GONZALEZ

Editorial de Gijón

Editorial de Gijón

Llegó la hora. Tras meses de movimientos internos en los partidos, largas semanas de promesas y quince frenéticos días de campaña, los gijoneses elegirán mañana a sus 27 representantes en el Ayuntamiento para los próximos cuatro años. Una cita que llega marcada por la incertidumbre después de un mandato municipal no exento de tensiones dentro y fuera del salón de Plenos; y con dos bloques, el de la izquierda y el de la derecha, pugnando por hacerse con el control de la plaza Mayor en medio de una presunta igualdad. Los 234.678 ciudadanos que están llamados a las urnas decidirán, ejerciendo o no su derecho al voto, si se produce un vuelco político después del gobierno de coalición entre el PSOE e Izquierda Unida. Lo harán en un momento crucial para la ciudad, abocada a un cambio económico y social debido a la descarbonización de su industria (con su consecuente impacto en el puerto), al fortalecimiento de un nuevo modelo productivo más ligado a la innovación y al turismo, y a su progresivo envejecimiento. A pie de calle, muchos son también los retos, desde la reforma del paseo del Muro, emblema local por antonomasia, a la transformación de la fachada marítima del oeste, con los antiguos terrenos de Naval Gijón como pieza clave.

La única gran certeza antes de la apertura de los 75 colegios electorales con un total de 364 mesas es que la actual alcaldesa, la socialista Ana González, no seguirá al frente. Apartada por su propio partido después de un proceso de primarias, los electorales deberán escoger a su relevo entre uno de los doce candidatos de las fuerzas que concurren a las urnas (PSOE, Ciudadanos, Foro, Podemos, PP, Vox, Izquierda Unida–Más Xixón–Izquierda Asturiana, Equo, Que hable Gijón, Andecha Astur, Suma Principado y el Partido Comunista de los Trabajadores de España). Prácticamente descartada una mayoría absoluta, serán trascendentales los acuerdos que alcancen las formaciones de cara a la investidura y posterior gobernabilidad.

Las elecciones, clímax de cualquier sistema democrático representativo, llaman a la puerta de los gijoneses para que determinen quiénes guiarán el futuro de su día a día a través de las políticas municipales, las más próximas y tangibles. Su veredicto será sagrado. Ojalá contribuya a un mayor bienestar y a que gane el bien común.