¡Por Júpiter, por ahí no!

La cabezonería institucional administrativa se empeña en redactar el anteproyecto y/o proyecto de vial de Jove al estilo Guadiana, o sea, aparece y desaparece soterrado pero siempre sin contar con la aprobación vecinal.

Lo de la evaluación de impacto ambiental será muy participativo pero no es lo mismo oír que escuchar.

Les oyen, pero como el que escucha llover.

Esta evidencia empírica viene a ser lo típico de que el Pisuerga pasa por Valladolid de donde procede el señor ministro responsable del ramo, no es el Guadiana, está claro.

No sabemos si cilúrnigos, pero la epigrafía gijonesa ya ha deletreado más de una lápida en la que pedíamos protección a Júpiter, o sea, al dios Jove.

Sin remontarnos tan atrás, aquéllos que rigen desde la corte de Madrid nuestros designios muselísticos, es decir, el paso de convoyes de energías fósiles, deben desconocer cómo las gastan los astures y sus descendientes los "caldereros" etimología de los primeros pobladores del Jove más prístino.

Ya no nos vamos a meter con el mar y los pronunciamientos jurídicos para que la energía eólica ponga farolas, que no faros, como espetos de sardina por la costa verde, esa es otra.

Esa calderería de la que procedemos, los cilúrnigos, tuvo su esplendor con el sector naval y la reconversión, historia viva de la conflictividad laboral de las más citadas poniendo a Gijón en el mapamundi de la lucha obrera.

Así las cosas, con los empecinados en poner el vial de Jove por el medio, como el jueves día de Júpiter, convendría tirar del Gigia romano y pedirle al emperador Augusto se desplace del Campo Valdés hacia su lugar preferido, Jove o Júpiter.

Una vez en la boca del túnel Musel-Aboño señale con el dedo regio a sus señorías el camino que quieren los vecinos del lugar para el vial:

¡Por Júpiter, por ahí sí!

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