Opinión | Palabras con silencios

El gran tema es el trabajo

El Papa habla de situaciones reales

La afirmación es del Papa Francisco en la encíclica "Fratelli Tutti" "sobre la fraternidad y la caridad social", escrita con sensibilidad sanfranciscana hace cuatro años. En ella afirma que el trabajo es la mejor ayuda para un pobre, el mejor camino para una existencia digna porque asegura a todos la posibilidad de hacer brotar las semillas que Dios ha puesto en cada uno, sus capacidades, su iniciativa y su fuerza. Y advierte, algo que tiene evidente actualidad en España, que ayudar a los pobres con dinero debe ser siempre una solución provisoria para resolver urgencias porque no existe peor pobreza que la privación del trabajo.

A Francisco hay que asignarle el que la problemática del trabajo, que parecía algo propio del pasado siglo XX, siga siendo un reto y una preocupación urgente de este XXI, dada el avance acelerado de las nuevas tecnología que superan muchos empleos. Entrando por la puerta está ya IA. Este Papa, según mi parecer, tiene el atrevimiento de tocar, más que temas doctrinales, las situaciones reales que hacen sufrir o ponen peligro la dignidad de toda persona y tratar de resolverlos, con decisiones que le cuestan críticas e incomprensiones. Pero él ha optado, con espíritu Vaticano II, por "una Iglesia que se mancha las manos" antes de quedarse a resguardo.

La frase ha sido el lema de la XXX Jornada General de Pastoral del Trabajo celebrada la semana pasada en el Centro Teresiano de Ávila, convocada por la Comisión Episcopal de Pastoral Caritativa y Social a la que asistieron unos 200 representantes de 38 diócesis. En medio del marasmo del ambiente crispado por tanta corrupción y mentiras que tenía que abochornar a un país que debe preocuparse por el bien común y la dignidad de "toda" persona, vemos este grupo de voluntarios que, movidos por su fe, tratan de reflexionar y levantar su voz sobre una situación que afecta nada menos que a casi tres millones personas de las que el 26% son jóvenes que buscan el primer empleo y de los que otros muchos, con trabajo, no les alcanza para el alquiler del piso si logran encontrarlo. El reciente informe de la Fundación FOESSA de Cáritas española advierte que "la vivienda es en la actualidad, junto con el empleo, un factor determinante de la exclusión social".

Estamos convencidos de que necesitamos una Iglesia "en salida". Pero no en tromba. Uno añora la vitalidad de aquellos grupos activos de la Acción Católica especializada, los Movimientos Apostólicos, que supieron sembrar la lucha por la dignidad de la persona en los diversos ambientes. La actitud equivocada de una Iglesia involutiva mermó su consideración y la necesidad de acción. La misión de la Iglesia no es política y mucho menos ideológica, pero es necesaria. Para ella, la persona es siempre prioritaria.

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