Opinión

El socialismo gijonés, ante el próximo congreso

Resulta esencial cambiar el actual rumbo si queremos llegar a 2027 con opciones a recuperar el gobierno local

La convocatoria del 41º. congreso federal del PSOE y los consiguientes congresos autonómicos y locales abren un importante debate del que depende el futuro del partido para los próximos años, es por tanto el momento de hacer balance de lo hecho por muestras direcciones políticas, y de elegir el mejor camino para mantener los gobiernos progresistas de Pedro Sánchez y Adrián Barbón, y de recuperar el de Gijón/Xixón.

Con esas perspectivas, el pasado mes de noviembre un numeroso grupo de militantes de la Agrupación Socialista de Gijón/Xixón nos reunimos en la Casa del Pueblo, y allí reflejamos una vez más nuestro compromiso con esta nueva etapa que el PSOE acaba de iniciar con los procesos democráticos internos tanto en España como en Asturias, pero también mostramos nuestra preocupación por la deriva del socialismo gijonés, toda vez que durante el mandato de la actual dirección local ha sumado importantes pérdidas de apoyo electoral, poder institucional y capacidad de movilización, así como presencia del partido en la vida del concejo.

Y es que después de haber logrado nuestra agrupación una importante recuperación en diferentes ámbitos, volviendo a gobernar en nuestro concejo, una nueva dirección local elegida en abril de 2022, cuyo principal mensaje era el de que venía a "coser", hizo exactamente todo lo contrario abriendo el partido en canal con una serie de decisiones que nos alejó de la ciudadanía, impidió que la izquierda siguiese gobernando en Gijón/Xixón y acentuó el clima de división interna.

Desde la nueva dirección se impulsó un proceso que no hacía presagiar nada bueno, apartando a la alcaldesa con la que habíamos recuperado el gobierno municipal en las elecciones anteriores, y que estaba, según los datos que manejaba el propio partido, en condiciones de volver a obtener un resultado similar, sustituyéndola por un candidato con un perfil muy bajo. Por si esa decisión no fuera ya sumamente arriesgada, también cuestionaron públicamente la labor del que se suponía era su propio gobierno municipal, mostrando un sorprendente rechazo a muchas de sus principales líneas programáticas con numerosas y sorprendentes manifestaciones durante todo un año, hasta casi un mes antes de las elecciones, llegando en ocasiones a recibir el aplauso de la derecha y de la ultraderecha gijonesa. Tampoco era para sorprenderse: la nueva dirección del PSOE local, en su tarea de acoso y derribo al gobierno municipal que dirigíamos los socialistas, compró muchos de los mensajes defendidos por la derecha en temas como la naturalización del Piles, el regreso de las corridas de toros, las políticas de movilidad, o el reglamento de laicidad, deslegitimando las propuestas del gobierno local y dándole en muchas ocasiones la razón a Foro.

A nadie le puede extrañar por tanto que, en las elecciones de 2023, las mismas en las que la candidatura autonómica liderada por Adrián Barbón ganó en Gijón/Xixón aumentando el número de votos, la candidatura municipal sufriese un fuerte descenso, regalándole a la derecha y la ultraderecha una victoria electoral como nunca se había visto en nuestro concejo.

Y, quizás lo más sorprendente, con la satisfacción de la dirección local del PSOE, que presumía de haber ganado las elecciones, se olvidaba de reconocer que era el segundo peor resultado de nuestra historia, y que habíamos empatado en votos con un partido al que triplicábamos en apoyos durante el mandato anterior.

Si tras un mal resultado y la pérdida del gobierno municipal no hubo autocrítica por parte de quienes nos lideran, difícil sería que fuéramos a hacer un papel de oposición efectivo y realista, y no porque no existan numerosos motivos para ello, pues Carmen Moriyón acumula en este año y medio al frente del ayuntamiento, mentiras, renuncias a proyectos importantes de ciudad, y hasta cobros indebidos del dinero de todos los gijoneses.

Ante esa realidad y pese a los esfuerzos del grupo municipal por poner en evidencia los errores y déficits del gobierno de la derecha dirigido por Foro, el PP y un tránsfuga de Vox, lo cierto es que ese trabajo está de momento invisibilizado, hasta el punto de que es una opinión ampliamente extendida la falta de una oposición que realmente incomode o presione a la actual alcaldesa.

¿Qué está fallando entonces?

En primer lugar, la persona que debe personificar nuestra oposición ante la ciudadanía tiene un perfil muy bajo y son bastantes los concejales y concejalas de nuestro grupo que le superan en presencia pública. Hemos estado además faltos de reacción o fuera de sitio en varios de los debates importantes de ciudad, como el parque en la zona del Solaron; la polémica en Emulsa, donde un día se supone que faltan 16 millones de euros y al otro está todo perfecto; las diferentes posiciones sobre el Mundial de Fútbol; la naturalización del Piles o la vuelta de las corridas de toros.

Pero conviene no equivocarse, la base de nuestras debilidades se deriva de la dirección política local, que hace gala de ir por libre respecto a los gobiernos progresistas de España y del Principado. Si ya es difícil competir con la presencia mediática de un equipo de gobierno, más lo es si no trabajas coordinadamente con tu propio partido donde gobiernas. Si además nuestro actual secretario general dedica parte de su comunicación pública (y mucha de la privada), a criticar diferentes ámbitos dirigidos por socialistas, esa comunicación se pierde en todas direcciones, con una parte restando al propio partido.

Tampoco se reivindica nuestra última etapa de gobierno en el Ayuntamiento, pese a que es evidente cuál es el origen de lo poco que está haciendo el actual equipo de gobierno, renunciando a otras líneas de oposición, y provocando que como partido estemos fuera de sitio en algunos de los principales debates locales.

Todo este tipo de decisiones equivocadas pueden parecer absurdas, y lo son desde un punto de vista ciudadano que espera una alternativa progresista fuerte en Gijón/Xixón, pero sí que tienen una lógica, solo que está centrada en las luchas de poder dentro de la organización pasando por encima de otros objetivos. Solo así se entienden situaciones tan surrealistas como que nuestro actual secretario general declarase estar dispuesto a votar en contra de los intereses de Gijón/Xixón en la Junta General de Principado.

Así las cosas, resulta esencial cambiar el actual rumbo de la Agrupación Socialista gijonesa si queremos llegar a las elecciones de 2027 con opciones a recuperar el gobierno local, y también dejar de ser un elemento de distorsión que dificulte mantener el del Principado. Hacer oposición es una tarea compleja, muchas veces ingrata, necesita de mucho trabajo bien orientado, e incluso a veces de algo de suerte, pero existen unos mínimos sin los cuales ese objetivo se convierte en una tarea imposible.

Entre ellos está trabajar de manera coordinada con el resto de gobiernos liderados por socialistas, y ser leales con nuestra propia historia reivindicando el trabajo que impulsaron todos los alcaldes y alcaldesas socialistas de Gijón/Xixón durante la actual etapa democrática, desde José Manuel Palacio, -al que se recuperó como un símbolo más del partido en el mandado anterior-, a Ana González, pasando por Tini Areces y Paz Felgueroso.

Debemos defender un modelo claramente alternativo al de la derecha, basado en los principios sobre los que progresan las ciudades que son un ejemplo para el resto, sin comprar mensajes conservadores, que lejos de hacernos más de centro nos hacen más débiles.

Necesitamos movilizar al conjunto de la militancia socialista y conectar con la mayoría progresista de nuestro concejo, con un proyecto valiente y transformador, adaptado a los tiempos en los que vivimos.

En esa línea, el próximo congreso local no debería plantearse como reedición de procesos anteriores, estamos en un momento diferente y las soluciones serán probablemente diferentes, pero lo que no debe variar es la movilización de la militancia cuya pertenencia al Partido Socialista no tiene más objetivo que recuperar la confianza de la ciudadanía sobre los principios compartidos de justicia, igualdad, progreso y responsabilidad, para lograr que el PSOE gijonés encuentre su camino, como ya lo hicieron y continúan haciendo el PSOE asturiano y español.

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