Opinión
Imágenes mellizas
Meses atrás visitaba Pamplona por primera vez. Me dirigía a la parroquia de San Lorenzo donde, en una hermosa capilla neoclásica, se venera la imagen del patrono de la ciudad y copatrono de Navarra, San Fermín. Casi al lado, en la plaza del Rincón de la Aduana, me sorprendió el monumento dedicado a la Inmaculada Concepción. Tuve de pronto una extraña sensación de familiaridad, parecía conocer aquella imagen de toda la vida, aunque nunca la hubiera visto ni siquiera en fotografía.
Una consulta rápida me sacó de dudas. La escultura había sido realizada por el asturiano Manuel Álvarez-Laviada en el año 1954, el mismo en que este escultor talló la estatua de la Inmaculada que preside el jardín interior del colegio gijonés de los jesuitas. Imagen que contemplé a diario durante los doce largos años de mi infancia y adolescencia en que fui alumno del colegio. La sensación de familiaridad estaba ya explicada.
Laviada, con numerosas obras en nuestra ciudad y otras poblaciones de Asturias, se encuentra de actualidad por ser también el autor del monumento existente en la misma fachada del colegio de la Inmaculada, que algunos, con un "talibanismo" digno de mejor causa, pretenden arrasar. Pero eso es harina de otro costal, y ocasión habrá para tratarla
Ambas imágenes son prácticamente gemelas, o como mínimo mellizas. Dotadas de un especial movimiento, muestran a la Virgen vestida con túnica y manto amplio con sus pliegues al vuelo. Las dos en actitud orante, con las manos en el pecho, y sobre una esfera del mundo orlada de querubines. La diferencia más notable es que en el caso de la imagen gijonesa las manos se recogen sobre el lado derecho del pecho, mientras el manto vuela tras el hombro del mismo lado. En el caso de la pamplonica manos y manto pasan al lado izquierdo de la imagen, coronada además por un aro metálico con doce estrellas. La local descansa en una columna de orden jónico, mientras la navarra lo hace sobre un rico capitel corinto.
Ambas fueron inauguradas, con sólo meses de diferencia, en 1954, año en que se conmemoraba el centenario de la declaración del dogma de la Inmaculada. La del colegio gijonés, en el mes de mayo dedicado a María, en una celebración más íntima. Costeada por los antiguos alumnos del centro, llenó el vacío dejado por la estatua de mármol de carrara que presidió el mismo patio desde el año 1904 hasta que el edificio quedó asolado en la guerra civil. La de Pamplona se inauguró, con toda pompa, el mes de diciembre del mismo año, con el cabildo catedral y las autoridades locales como testigos. Felices coincidencias inmaculistas.
Suscríbete para seguir leyendo
- Otra 'casa de los horrores' destapada en Asturias: así cayó el gijonés que violó durante años a su nieta
- Miss Universo Asturias' ya tiene ganadora y es de Gijón
- Un gijonés violó a su nieta durante años y lo grabó en vídeos 'de alto impacto y terriblemente denigrantes
- Hay más de 50 tortugas en Isabel la Católica; las siguen soltando y es un problema
- El vuelco de un vehículo de feria y su remolque en el viaducto de Serín desencadena varios choques por alcance y deja retenciones kilométricas en la 'Y
- Así será la gran transformación del tráfico en el centro de Gijón: Munuza y Domínguez Gil perderán un carril para ampliar sus aceras
- La fiscal ve 'riesgo de fuga, de destrucción de pruebas y de reiteración delictiva' en el sexagenario gijonés que violó durante años a su nieta
- La singular cruzada de unos vecinos de Gijón contra las cacas y orines de perros: 'Ponle un pañal