Opinión
De aquellos polvos, vienen estos lodos
Algo está pasando con el tema del esfuerzo y de la constancia. Hay teorías que llaman a esta generación de jóvenes, "la generación de cristal" por haberse criado en un ambiente sobreprotector, ser egoístas y mostrar escaso interés por casi todo. Aunque coincido en alguna cosa, no puedo decir que esté del todo de acuerdo. Sí que es cierto que ambas faltas se notan y por ello creo que conviene pararse a analizar qué es lo que está ocurriendo.
Limitarnos a echar culpas del tipo "es que lo tienen todo", "no quieren hacer nada", "solo se preocupan de lo suyo" es fácil y no aporta. Insistir en un problema sin pararse a ver cuál puede ser la solución o qué parte de responsabilidad tenemos resta más que suma. Así que veamos de dónde puede venir todo esto.
Por un lado, vivimos en un mundo en donde lo inmediato, el resultado y el pragmatismo son valores que imperan frente al desarrollo del proceso o al disfrute del aprendizaje y esto, inevitablemente, trae consigo varias consecuencias.
Una de ellas es la idea de "si no me sale a la primera, paso". Ahí está uno de los problemas, una indefensión aprendida en un soplo que hace que se desista a la mínima y no sé traten de solucionar las cosas por distintas vías.
Otra que va ligada es la búsqueda de la solución rápida y fácil, algo que, hoy día, se vincula con la IA. No se trata de demonizar la tecnología, sino que lo que tenemos que hacer como docentes es enseñar cómo deben emplearse esas herramientas para hacer de ellas algo útil y no una especie de objeto prohibido cuyo uso, además, tiene ese atractivo de "a ver si no me pillan". Esto implica, claro está, que debemos formarnos y actualizarnos, pero seguro que no descubro nada nuevo porque la formación continúa debe formar parte del ADN docente.
Como sociedad hemos puesto tanto el foco en la recompensa, en lo inmediato, en los "para qué me sirve" que nos hemos olvidado de valorar la constancia, de hacer del error una fuente de aprendizaje y de promover una cultura del esfuerzo como el mejor medio para llegar a nuestras metas.
Así que, en conclusión, estas faltas que detectamos en las generaciones jóvenes tienen también que ver con quienes hemos ido delante y conviene hacer autoanálisis y autocrítica. Hagámosla y no olvidemos que "de aquellos polvos, vienen estos lodos" que decía Quevedo.
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