Opinión | Comentarios al paso

De arcipreste a arzobispo

Olvidémonos de los 700 años transcurridos. Olvidémonos, digo, y comparemos las invectivas de Juan Ruiz en su "Libro de buen amor" con las catilinarias de Jesús Sanz en los púlpitos de esta diócesis. Comparemos las reconvenciones del de Oviedo siempre hacia los otros desde un pedestal de suficiencia arrogante con los descarnados juicios críticos frente al culto al dinero del congregante de Hita. Diatribas que no se detienen ante un rey ni ante el Papa. Compartamos algunas estrofas sueltas, ante las que palidecen los incisivos versos de Quevedo, con la instrucción de enviárselas al arzobispo para que las copie cien veces y así le bajen los humos del cráneo a los calcaños.

"Si tuvieras dinero, tendrás consolación, / placer y alegría y del Papa oración; comprarás el paraíso, ganarás la salvación, / que donde hay mucho dinero hay mucha bendición".

"Yo vi allá en Roma, donde está Su Santidad, / que todos mostraban ante el dinero humildad, / honras le tributaban con gran solemnidad, / todos ante él se inclinaban, como ante majestad".

"Hacía muchos priores, obispos y abades, / arzobispos, doctores, patriarcas, potestades, / a muchos necios clérigos les daba dignidades, / hacía de verdad mentira y de mentira verdades".

"Hacía muchos clérigos y muchos ordenados, / muchos monjes y monjas, religiosos sagrados; / el dinero les daba por bien examinados; / a los pobres les decía que no eran letrados".

"Yo vi a muchos monjes en sus predicaciones / denostar al dinero y sus vanas tentaciones; / pero, al fin, por dinero otorgaban perdones, / absolvían los ayunos, hacían oraciones".

"Aunque mal lo demuestren los monjes por las plazas, / lo atesoran en conventos, en vasos y en tazas; / con el dinero adornan sus menguas y sus trazas; / más escondrijos tienen que el tordo y la picaza".

"Monjes, clérigos y frailes que dicen a dios servir, / si sospechan que el rico está próximo a morir / imaginan de su dinero el sonar y el lucir, / piensan quién lo llevará y comienzan a reñir".

"Se dice que los frailes no toman los dineros, / pero bien guiñan siempre el ojo a los herederos; / luego lo toman rápido sus fieles dispenseros. / Si se dicen tan pobres, ¿a qué estos tesoreros?"

"Allí están esperando quién será el heredero; / aún no ha muerto y ya rezan Pater noster… ¡mal agüero! / como los cuervos al asno, cuando tiran su cuero, / dicen: Mañana lo llevaremos, que nuestro es por fuero".

Aclamemos al arcipreste, 700 años después, y apechemos con el arzobispo que en mala hora aterrizó en esta archidiócesis.

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