Opinión

Gracias, Consorcio

Los sigo oyendo, en este momento, mientras escribo. Miren, iba a hablar de política, concretamente de Venezuela, pero necesito rodearme de algo que me dé un chute de energía, de felicidad. El viernes actuó "El Consorcio" en el Jovellanos. Fui con una de mis hermanas cantoras. Tuve que ir con clínex, porque hace tiempo que tengo que reprimir las lágrimas, y en la oscuridad y con las canciones que me llevaban a la infancia, a la juventud, a mi guitarra, a mi grupo de folk, "Cantigas", en la que entonábamos muchas veces esas canciones, pues pude por fin desahogarme… Sintiéndome a la vez totalmente feliz porque la música forma parte de mi vida. Una vida que he dejado muy atrás, porque ni música puedo oír, ni cantar en estos momentos. Mi hermana y yo cantamos como en aquella época. Nos sabíamos todas y cada una de las letras… Es lo que nos pasa a la gente mayor. Nos olvidamos del nombre de quien nos acaban de presentar, pero no olvidamos los tiempos en los que fuimos tan felices.

Y aunque la neurología nos dice que esto pasa por la edad, yo creo que pasa porque nos refugiamos en los tiempos en los que las preocupaciones eran esas: el amor, el olvido, la añoranza, el compromiso y también, cómo no, temas sociales, con canciones bien estructuradas, en letra y música. Canciones que invitan a cerrar los ojos y soñar, recordar, y volver otra vez a enamorarte.

Nos acordábamos de cuando tocaba yo la guitarra en casa con mamá y todas cantábamos "La guerra cruel", por ejemplo, mientras hacíamos voces o cantábamos "Tómame o déjame", o "Qué pasará mañana". En lcasa siempre había música, cantábamos y yo quiero, debo seguir haciéndolo porque es lo único, junto con mi familia y mi trabajo, que me hace verdaderamente feliz. Tantas canciones de amor del bueno, del de verdad, del que tan pocos jóvenes viven ahora. Oyendo la letra de "El Consorcio" me di cuenta de lo que necesitan los jóvenes de hoy. El amor es igual hoy que ayer. ¡Pero hay tantas formas de mencionarlo! Está el reguetón, las canciones actuales que solo hablan de sexo, de perreo, de un amor que es solo "chingar"… En las de antes había verdadera poesía, sentimientos con los que te identificas sin ningún problema. Ellos fueron maravillosos y arrancaron aplausos que no había visto en mucho tiempo. Hicieron cinco bises. Llevan cerca de 50 años, y aquellas cuatro voces parecían una orquesta. Siguen siendo ellos, los míos. Los de siempre. ¿Se imaginan a Tangana, Maluma, Bad Bunny siendo unos clásicos que llenan el teatro dentro de 50 años? Pues eso.

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