Opinión

Distintos raseros

El trato diferente según los casos judiciales

Hay dos raseros a la hora de analizar las actuaciones de la derecha y la izquierda, si Miguel Ángel Rodríguez, Díaz Ayuso y otros cuantos fueran de izquierdas, ya estarían triturados. El tratamiento que partidos, jueces y medios de comunicación dan a Miguel Ángel Rodríguez es diametralmente opuesto al que dan a Begoña Gómez o David Sánchez, o el que dieron a Irene Montero en el "caso niñera" y otros similares. Mientras en unos casos hablan gratuitamente de corrupción en el entorno familiar, administración desleal, prevaricación, o malversación de caudales y se estiran las causas abriendo nuevas diligencias con tanta base como las iniciales, es decir ninguna, para hacer ruido y tapar corrupciones propias, a Miguel Angel, que mintió al Supremo y reconoce que difundió un bulo en contra de la fiscalía para defender a una persona que admitió dos delitos fiscales y él califica de honorable, al tiempo que afirma que el Fiscal General debe ser condenado de forma ejemplar, así, porque sí, y acusa a Sánchez de montar una operación de estado para acabar con Díaz Ayuso, cuando todo el tema se fraguó en su despacho para que no se hablase de los negocios de González Amador ni de que qué convive con su jefa en un piso de lujo de propiedad incierta, nadie le cuestiona que desde su cargo público defienda a un particular difundiendo bulos.

La que estos medios proclives a los populares denominan Ley Begoña, para regular la acusación popular, es la misma que aplaudieron cuando el Partido Popular la propuso en 2018 en pleno caso Gürtel, mientras ahora la denuestan al considerar que pretende tapar la corrupción socialista. El Partido Popular debería explicar qué ha cambiado en este tiempo, para justificar un giro de 180 grados en la consideración de una ley que ni siquiera ataca el origen del problema, la politización de la justicia agravada por el reparto de sus cargos entre los dos partidos, y el mal uso que de la acusación popular hacen unas organizaciones que habría que erradicar por defender la dictadura.

Se han representado con imágenes de santos multitud de personajes públicos, desde Fernando Alonso hasta Díaaz Ayuso; Vox utilizó en un calendario un cuadro de Rubens, Santa María Magdalena, con los rostros de Felipe González, Zapatero y Susana Díaz en lugar de los originales, y nadie se rasgó las vestiduras, pero se hace anatema de una mujer a la que machacan en redes por su físico al no poder hacerlo por su ingenio, por mostrar una estampita con una vaquilla, en respuesta a quienes vierten su odio sobre ella por triunfar sin ser como el resto.

Feijóo y sus barones explican en Oviedo sus propuestas para solucionar el problema de la vivienda del que culpan a Sánchez, son la zorra cuidando el gallinero. El Partido Popular protagonizó cientos de pelotazos urbanísticos y quiere seguir haciéndolos y vendió miles de viviendas sociales a un fondo buitre del hijo de Aznar que multiplicó el precio de los alquileres, dejando en la calle a miles de familias que no pueden pagar los nuevos importes, con absoluta impunidad. Y mientras, siguen confirmándose condenas y dictándose otras nuevas a miembros del Partido Popular, pero el humo y el ruido impiden que se noten.

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