Opinión

Prostitución 2.0

Cerca de 1.100 mujeres son víctimas de explotación sexual en Asturias. La mayoría procede de América Latina y son explotadas en pisos en el área metropolitana central de la región. Son las coordenadas principales del estudio que el gobierno autonómico ha encargado a la Universidad de Oviedo como punto de partida del plan de actuación para abolir la prostitución en nuestro territorio. Es imprescindible acotar la realidad sobre la que se pretende intervenir, en visión de conjunto y en casuísticas. Ahora empieza lo difícil.

Afortunadamente, el gobierno español está en la misma idea y ello permite alinear políticas en una dimensión más amplia, al rescate de estas mujeres. Pero confieso que me resulta complicado y desalentador intuir una panorámica desigual por territorios, dependiendo de si el gobierno autonómico de turno tiene franco afán abolicionista o bien tolerancia por la pasiva, es decir, esa doble moral que perpetúa la infamia más antigua. Que esto ocurra en según qué países del entorno europeo es asumible, que vaya por autonomías, menos.

Puesta la imaginación a dibujar escenarios, pienso en los puteros desplazándose a localidades limítrofes. Ellos, seres anónimos sobre los que, por cierto, no se ha hecho tanto trabajo de campo. Como si no fuera igualmente necesario abordar la idiosincrasia de esos hombres "normales" en cuyo mapa de valores procede comprar el cuerpo de una mujer para disponer de él a su antojo.

De pronto, me asalta la imagen del medio centenar de violadores de Gisèle Pelicot. Cubriendo sus rostros, avergonzados ahora de lo que hicieron entonces, cuando regresaban a casa complacidos, autoindulgentes, paladeando anticipadamente la siguiente cita acordada por internet. Avergonzados porque ahora se sabe.

Sobre ellos, los que se sienten clientes especiales, también hay que actuar y no sólo para sancionarles por lo que hacen sino para prevenir con educación por arrobas la construcción precoz del putero. Que es lo mismo que prevenir abusos, violencias, deformación de la mirada sobre las relaciones sexuales y afectivas, mutilación emocional. Hay que rescatar también a nuestros jóvenes de ese submundo.

Por si no fuera suficientemente complejo, un reciente estudio del Instituto de las Mujeres y Médicos del Mundo alerta de la denominada "prostitución 2.0". Deslocalizada, digitalizada, imparable desde la pandemia. La presunta pornografía que realmente es violación convertida en espectáculo. Las supuestamente inocuas plataformas en las que jóvenes comparten -para la eternidad de la red- fotos de contenido erótico a cambio de pequeñas cantidades de dinero. Pensando que cuando quieran lo podrán dejar. Redes que no entienden de límites administrativos.

Estas batallas, como tantas otras, ya no se libran solamente en territorios físicos. Qué penosa incongruencia sería erradicar la explotación sexual en nuestras calles pero que tratantes y puteros 2.0 camparan a sus anchas por la selva virtual paralela.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents