Opinión

Lucha conjunta por la Laboral

Iglesia de la Universidad Laboral

Iglesia de la Universidad Laboral / Marcos León

La Universidad Laboral acaba de dar un paso importante hacia adelante para que la Unesco declare el imponente complejo de Luis Moya como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La inclusión por el Ministerio de Cultura de este edificio de 270.000 metros cuadrados ubicado en la parroquia de Cabueñes, memoria de miles de gijoneses, en la conocida como "Lista indicativa" supone el punto de partida para lograr los mismos éxitos que los cosechados recientemente por todos los asturianos con la cultura sidrera. Una batalla en la que tanto el Ayuntamiento como el Principado deben ser parte fundamental a la hora de promocionar lo que hoy se conoce como Laboral Ciudad de la Cultura, un recinto visitado por miles y miles de personas cada año. Desde estudiantes a turistas, pasando por quienes acuden a disfrutar de la oferta cultural.

Llegar hasta este punto no ha resultado nada sencillo. No hay que olvidar que la primera propuesta que llegó al Ayuntamiento, impulsada por la edil popular Ángeles Fernández-Ahúja, fue rechazada en un Pleno con mayoría de izquierdas el pasado mandato y tras una insólita intervención del entonces concejal de Cultura en la que antepuso el hecho de que el edificio se construyó durante la dictadura de Franco a la realidad de que la Laboral forma parte de todos los gijoneses. Al poco tiempo, eso sí, el gobierno de la socialista Ana González supo reconducir la situación para impulsar una iniciativa propia que sí gozó de la unanimidad política para instar al Principado a que pusiese en marcha la maquinaria con la meta en la Unesco.

Pero avanzar hasta el punto de hoy, con el paso dado desde el Ministerio de Cultura, no habría sido posible sin la ayuda, entrega y dedicación de la Asociación de Antiguos Alumnos de la Laboral. Sus conocimientos, sus campañas de difusión de vídeos, los ciclos y conferencias, los encuentros de promociones de los antiguos estudiantes y todo el archivo documental del colectivo se pusieron al servicio de lograr el reconocimiento que la Universidad Laboral merece. Comienza otra etapa y no pueden estar igual de solos que hasta ahora. Desde las administraciones local y regional deben implicar a la sociedad asturiana, trazar una hoja de ruta clara y efectiva para lograr que la Unesco vuelva a cumplir con el patrimonio de los asturianos. Solo con unidad, y sin etiquetas, se volverá a brindar como con la sidra.

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