Opinión
Víctor García Oviedo / Jesús Menéndez Fernández
El Muro, un proyecto urbano
La solución para el paseo debe ser sostenible, cercana y asequible para los ciudadanos
La mirada sobre el Muro debe ser urbanística, de ciudad, más allá del tráfico, que no hay que confundir con la movilidad. De lo que se trata es de la relación entre espacios públicos y aprovechamientos privados; entre la fachada principal y postrera de la trama urbana de la ciudad; de la costa y el interior, del centro y la periferia… Y ha sido y es un proceso abierto que afecta –en este caso, de manera puntual– de forma continuada a la conformación histórica y morfológica del frente de la ciudad. O, dicho de otro modo, donde la ciudad muestra un conflicto (o varios) de "estructura urbana" –trasciende a la ciudad al verse afectada por los accesos desde los barrios residenciales unifamiliares del este del concejo– a resolver, de ahí que no sea casualidad que se concentren todos los debates urbanos en este espacio tan singular. Pero, por otro lado, hablar del Muro es mostrar las partes "adheridas" de la ciudad que se ven implicadas y buscar soluciones para una ciudad como Gijón, que en los últimos años ha estado huérfana de propuestas urbanas, más allá de la mirada localista del Plan General de Ordenación (PGO) de 2019.
El proyecto dominante de soterramiento de la vía rodada del Muro conlleva su certificado de periferia. Es la negación de las causas del problema (s). No se enfrenta al dilema de los espacios: uso público-privado, paseo-estancia, posible eje vertebrador de los barrios limítrofes; hasta la peatonalización total, que se resuelve con determinación política con el desvío del tráfico. El proyecto, al negar el problema, devalúa este espacio, no tiene en cuenta que es donde se muestran casi todos los conflictos del norte de la urbe. Por el contrario, ¿es posible la creación de una nueva centralidad lineal los doce meses del año? Sobre todo, teniendo en cuenta que constructivamente hay sistemas reversibles, para cada seis meses (primavera/verano y otoño/invierno).
Ahora se vuelve a las propuestas desarrollistas, pero absurdas; la propuesta de soterrar hasta Eladio Carreño es crear una cicatriz en la "trama urbana" y puede ser dañina –más allá de su coste económico– por unos años, hasta que se vuelvan a "tapar" como en anteriores ocasiones los pasos peatonales subterráneos. Si se recurre a propuestas desarrollistas, que se sotierre desde El Molinón y el recinto ferial hasta El Humedal. El resto no resuelve nada y provoca grandes "rotos" y problemas que repercuten en el resto del conjunto urbano. La "imagen" del Muro de Gijón se ha convertido en una "estructura urbana irresoluble y caduca" donde aparecen todo tipo de conflictos, y, al no encontrar soluciones, no se consigue el efecto tractor y deslizante de las posibles soluciones para otras áreas de la ciudad. A fecha de hoy, tenemos: una costa a medio hacer (en algunos casos, con propuestas discutibles), y el Botánico y el Parque Tecnológico, que no dejan de ser los elementos singulares positivos a rematar.
Con las propuestas y enunciados que se han mostrado nos llenamos de "imágenes" que pueden ser del Muro de Gijón o estar en cualquier parte del mundo. Porque falta el protagonismo de las "piezas urbanas" que conforman el frente marino y que deben planificarse y proyectarse de forma conjunta: el Muelle, Cimavilla, Las Termas-San Pedro, el primer tramo del Muro hasta la Escalerona, los vacíos del entorno del Cervigón, el puente del Piles y el Parque. Debemos construir los proyectos del futuro de la ciudad buscando las escalas (que no hay que confundir con los tamaños) de intervención e incorporando esa accesibilidad transversal Norte-Sur, de los barrios a la mar. El frente marítimo debe llegar a todas y cada una de las partes de la ciudad.
La ciudad de Gijón, hoy, está viviendo de las rentas de proyectos urbanísticos de hace años. No tiene un proyecto claro de futuro, pero sí sabemos que las soluciones para el Muro no pueden ser nuevas "heridas" en la ciudad, y no se sustentan en un soterramiento del tráfico en 900 metros. La singularidad, por ser única, requiere de propuestas audaces que incorporen todos los proyectos urbanos y que transformen no solo la imagen, sino que sean vanguardia, en una propuesta sostenible, cercana y asequible para los ciudadanos de Gijón.
Conclusión. Técnicamente, casi todo es posible, pero la ciudad y el concejo tienen problemas sin solucionar: el medio ambiente (barrios del Oeste), la vivienda (polígonos), las actividades industriales (frente marino del superpuerto hasta Avilés y la inclusión en la Zalia), la accesibilidad (Jove, ciudad, estaciones y puerto…) y el proyecto de ciudad. Pero donde los espacios públicos –esencia del urbanismo– sean lo dominante. Es decir, la ciudad se debe construir mediante proyectos urbanos –aúna el planeamiento, el proyecto y la arquitectura urbana–, la solución equilibrada para cada una de las partes que componen un todo significativo de la ciudad. Y para ello no hay que olvidarse de que Gijón solo podrá construir su ciudad y concejo participando en la conformación del Área Metropolitana Central de Asturias, la Ciudad Región Metropolitana y la Gran Región de la Cornisa del Cantábrico. n
Suscríbete para seguir leyendo
- Un vehículo se empotra en Gijón contra una marquesina de autobús
- Chollazo inmobiliario en Gijón: venden por 150.000 euros un piso con dos habitaciones y dos baños
- Una furgoneta comercial, pasto de las llamas en la ronda sur de Gijón
- Absueltos dos acusados de violar a una mujer en La Providencia: incongruencias en el relato y una petición de asilo sospechosa
- Cambios en uno de los principales parques de Gijón: un coto canino que gana en 'seguridad' y 'tranquilidad
- De estar en coma a recorrer el mundo en su moto: la próxima gran aventura de una enamorada de Asturias
- Queremos llenar El Molinón con un gran concierto este año o el que viene
- Insólita imagen en una popular fuente del centro de Gijón: lo que se encontraron los vecinos