Opinión

Juan M. Carnicero

Carta a un amigo: César Telenti

Amigo César. Te escribo esta carta sin dirección con la esperanza de que estés donde estés te llegue. Lo primero, quiero que sepas que estamos todos tus amigos muy enfadados contigo, pero muy que muy enfadados, y no es para menos: te marchaste sin avisarnos después de celebrar tu última cena en Oviedo, una cena muy original que no les faltó detalle: fue una cena de parejas enamoradas disfrutando de una noche mágica dirigida y diseñada por tu visión de saber hacer felices a las personas. Nos pediste ir todos elegantes y nos prometiste que asistiríamos a una cena donde, decías, "el amor y la emoción" serían los protagonistas. Cesarín vaya protagonismo y sorpresa que nos tenías preparada sin saberlo.

Aquí me dejas, sin mi amigo César Telenti para que me llame para reprocharme que los Amigos del Cava te copiemos una de tus brillantes ideas, que fue la celebración de una cena temática con el menú de la última cena del "Titanic". 

Quién me va a llamar ahora para animarme a bajar el Sella con la peña "El Buen Rollo", quién me va a llamar ahora para ir de hostelero en hostelero a pedirles el aval para "Asturias con H", quién me va a llamar ahora para ir a probar uno de los cavas que a ti te ofrecían.

No paran de llamarme amigos hosteleros y buceadores, a quienes muchos de ellos tú formaste. Uf, César no sé qué contestarles.

Bueno, no te voy dar más palique, me dijo un pajarín que te están organizando una fiesta de bienvenida, me dicen que ya son veteranos en ese lugar llamado Cielo -y no es el Cielo del Bellavista-, unos tal "Floro", "El Chulito" y Manolo Preciado. Diles que aquí todo sigue igual y que el Sporting, bueno, más de lo mismo. Mira a ver si te haces amigo del jefe, creo que se llama Dios, para ver si nos manda un milagro para ver al Sporting en Primera División. No te olvides de esto; sería un milagro. 

Recibe un fuerte abrazo de este que siempre te admiró y quiso. 

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