Otro Jueves Santo

Llega hoy la fecha anhelada por los hermanos y hermanos de la gijonesísima Hermandad de la Santa Misericordia, otro Jueves Santo, para volver a sacar a las calles de la villa la serena e imponente imagen del Santo Cristo de la Misericordia y de los Mártires. El año pasado la lluvia arruinó nuestra estación de penitencia, y estamos seguros que en esta ocasión podremos resarcirnos.

Se cumplen ochenta y dos años desde la primera salida de la imagen a las calles desde la Colegiata, en el Jueves Santo 22 de abril de 1943. Y a la Colegiata regresó físicamente, por vez primera desde que la parroquia de San Pedro abandonara su ocupación provisional en 1954, hace tan sólo unas semanas, durante la exposición organizada, por segundo año consecutivo, por la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades Penitenciales de Gijón.

Lento y solemne será su caminar por nuestras calles, entre nubes de incienso, mecido a hombros de los sacrificados anderos o porteadores de la Hermandad, y la siempre impactante escolta de la escuadra de gastadores del Regimiento Príncipe, que responde a los honores de Capitán General otorgados a la sagrada imagen. En este caso será la escuadra de gastadores del batallón Toledo, la encargada de hacerle los honores, bajo la presidencia del Jefe Accidental del Regimiento, el Teniente Coronel García de Bejar. Agradecemos de manera particular el esfuerzo realizado desde el Regimiento para poder acompañarnos este año, al tener a la mitad de sus efectivos, precisamente la práctica totalidad de los componentes del batallón Toledo, desplegados en misión especial en Eslovaquia.

El rezo de las estaciones del Vía Crucis, y el siempre buen hacer de la Banda Sinfónica de Gijón serán, junto con el chasquido de las horquillas y el ronco tronar de las carracas, el sonido de fondo del cortejo. En esta ocasión la agrupación musical gijonesa hará sonar marchas tan conocidas como "Cristo de la lanzada", "La Saeta", o "Jesús de las Penas".

Volverá la sobriedad marinera de este solemne cortejo a recorrer alguno de los rincones más emblemáticos de nuestro querido Gijón; el Campo Valdés, con la playa de fondo, el muelle, o los jardines de la Reina; para adentrarse, por el arranque de la calle Corrida, hacia las calles Instituto y San Bernardo, ya de regreso a la parroquia mayor.

A las puertas del templo, y antes de la recogida de la imagen, renovaremos la tradición de quemar el pergamino con los nombres de nuestros benefactores, poniendo a los pies de Cristo sus intenciones y las de toda la Hermandad.

Peticiones por tantas necesidades, de enfermos, ausentes, dificultades y retos. De los miembros de la Hermandad, y de todo Gijón en su conjunto.

Agradecimiento, también, por ese resurgir de nuestra Semana Santa, y por todos aquellos que nos precedieron en el esfuerzo de mantenerla y entregárnosla. De ellos recibimos el testigo, y como nos recordaba nuestro pregonero de este año, Fernando González Landa, somos nosotros los encargados de entregarlo a las nuevas generaciones que, afortunadamente, vienen empujando con fuerza.

Se disipará el olor a incienso, dejarán de oírse las marchas o el "sonoro silencio" de los fieles al paso de la imagen, pero su dulce y serena mirada quedará ya impresa para siempre en nuestros corazones.

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