Opinión

Mucho Mario

La trayectoria de Vargas Llosa nos permite varias reflexiones además de su perspectiva literaria. Para quienes consideraban que un intelectual comprometido con un mundo más justo debía ser muy de izquierdas, la falacia queda al descubierto. No solo porque según afirmaba Ortega el derechismo y el izquierdismo hacen hemipléjicos mentales, también porque el adoctrinamiento en institutos y universidades de: todos los de izquierdas siempre buenos, y todos los de derechas siempre malos, choca con la historia, donde Stalin y Mao –muy de izquierdas- han sido los mayores genocidas cargándose a decenas de millones de burgueses (propietarios), por el dogma de la igualdad de resultados para personas distintas, resultando tan absurdo como ruinoso.

Su evolución es comparable a la del reconocido economista Ramón Tamames, quien también comenzó siendo comunista, después se moderó y terminó defendiendo el liberalismo. Lógico tras constatar que casi todos los países con economías estatalizadas (Corea del Norte, Rumanía, Venezuela) llevan a la dictadura y la miseria, y casi todos los países con economía liberales (Corea del Sur, Holanda, Chile) llevan a la libertad y la prosperidad. ¿Cuál es el verdadero progreso? Acaso en el plano personal su ligue hacia los 80 años con Preysler de unos 70, pretendía ser una reivindicación de la mentalidad joven, lástima que la edad nos baja del pedestal. Pero vivió intenso. Y de Madrid volvió a su Lima original.

¿Cuándo se jodió el Perú? Se preguntaba el premio Nobel; pues cuando eligieron la demagogia de Fujimori en vez de su revulsivo. Los que llegaron presumiendo de anti corrupción, como Alan García, Humala o Pedro Castillo eran más de lo mismo; quien es honrado lo demuestra con hechos, sin cartel en la frente "Yo soy honrado". El Fujimori de Asturias ha sido Cascos, secretario general del tesorero Bárcenas. También venía con el sermón de la regeneración. No se trata de conservador o reformista, sino qué hay que conservar y qué hay que reformar. Además, Mario Vargas Llosa se atrevió a poner el dedo en la llaga, cuando dijo en la manifestación de Barcelona: los nacionalismos sectarios son el cáncer de la historia europea.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents