Opinión | Palabras con silencios

Otra Europa es posible

Es frase muy utilizada, hasta manida, para hablar de aquellas instituciones que se han degradado o necesitan un cambio urgente y hasta revolucionario: "Otra España es posible, otra Iglesia es posible, otro partido es posible, otro Sporting es posible… Ahora son grupos de jóvenes cristianos de distintas nacionalidades del viejo continente los que gritan con ímpetu, ante su deterioro y pérdida de identidad, que "Otra Europa es posible".

Sorprende y alegra esta noticia que aparece estos días en los medios de comunicación, cuando los estudios sociológicos delatan el amplio espectro que va cobrando la secularización y sus efectos en la práctica y vivencia religiosa. En el último informe de Funcas se anota que en 2024 solo el 32% de los jóvenes de 18 a 29 años se reconoce católico, cuando en el año 2002, era del 60%. El bajón es vertiginoso.

La anemia religiosa va acompañada de la social y política. Así lo confirman los reconocidos estudiosos como Z. Bauman que detectó que la posmodernidad está dominada por un hiperindividualismo creciente, hedonismo y embelesamiento de lo efímero. Y G. Lipovetsky que afirma que las relaciones virtuales superan a las reales y que los encuentros interpersonales son fugaces y superficiales. Este sociólogo, autor de "La era del vacío", augura que a los europeos se les acabaron las ganas de soñar. Lo que explica el pasotismo y la insensibilidad por la deriva hacia los populismos y los regímenes autócratas que están acaparando la mayor parte de los gobiernos. Es difícil de explicar la lenta reacción y la dificultad de acuerdo para acometer soluciones a los graves problemas europeos como el de la migración, la violencia y, sobre todo, la degradación de las democracias. Estos males y carencias, que denunció en Compostela, S. Juan Pablo II, quiso atajarlos el papa Francisco con una "Iglesia en salida y hospital". Labor que, por todos los síntomas, seguirá con ahínco el papa León.

¡Europa, vuelve a encontrarte, sé tú misma!, clamó el polaco Wojtyla habiendo experimentado lo que supuso para su nación la civilización cristiana que al final conquistó la libertad. Recuperar el alma de Europa es lo que se proponen estos grupos de jóvenes. Pretenden crecer en número haciendo un llamamiento a todos los jóvenes europeos participando en tres peregrinaciones significativas que se celebrarán este 2025, en el 2027 y 2033 en Roma, Santiago y Jerusalén. La convocatoria comienza este mes de junio. El 1 de agosto lanzarán el primer manifiesto desde la iglesia de Santa María del Trastevere de Roma: "Ese día, diremos juntos al mundo lo que creemos, lo que significamos, lo que soñamos y estamos dispuestos a vivir. Cada paso que damos es por quienes ya no creen en la esperanza". ¿Comenzará la revolución del espíritu? Es el reto de las nuevas generaciones de Europa.

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