Opinión

San Juan Bautista, el profeta de fuego

El laicismo de la negatividad no solo quiere reducir a cenizas la verdadera historia de Asturias, sino que quiere retornar al paganismo ígneo. En clara fobia a todo los que sea tradición sagrada se aprovechan de toda la cultura con raíces netamente cristianas como son los días de los santos católicos, más en concreto el de San Juan Bautista, para poner en su lugar leyendas tenebrosas y nebulosas sin raíces y sin relatos de sentido, característica de la postmodernidad liquida, como expone el flamante premio Princesa de Asturias de la Comunicación, Byung-Chul Han, en su ensayo "La crisis de la narración".

En esta manipulación de los santos considerados patronos, hay que situar a San Juan Bautista, el gran profeta del fuego purificador, el mayor de los nacidos de mujer, según lo describió el propio Jesucristo, que para Juan era el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Juan no solo critica la religiosidad formal y sin alma de los fariseos y saduceos, sino que se enfrenta a los poderos reyes adúlteros, que provocará, que Herodes, abducido por baile de su hija a instancia de su madre, le entregue la cabeza del Bautista en bandeja de plata. España vive tiempos de corrupción e inmoralidad cuyos protagonistas se cortan unos a otros sus cabezas para sobrevivir en la ignominia.

La persona de San Juan Bautista siempre ha estado unida a la gran cultura asturiana que no puede entenderse sin sus raíces católicas. Son muchas las iglesias y parroquias que tienen como patrón singular Bautista, como es el caso de La Pedrera, en donde se da el inicio de las fiestas estivales gijonesas. En esas parroquias se le representa como lo describen los evangelios vestidos con piel de camello y señalando el cordero. Entre los nombres más corrientes en Gijón predominan tanto en hombres como en mujeres los de Juan y Juana, en su versión bable Xuan Xuana. Los ritos de la noche de San Juan los sintetizó maravillosamente A. Casona en su drama "La dama del alba", que presenta una estructura legendaria-mito, con el tema del amor y la muerte, visto desde las costumbres y tradiciones asturianas en el contexto de la Noche de San Juan Bautista, el profeta del fuego purificador.

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