Opinión

Gijón y Oviedo

Una cosa es la sana rivalidad deportiva y otra distinta sería degenerar en una guerra fratricida entre ciudades, que colaborando en asuntos comunes pueden impulsarse mutuamente. Entre 1870 y 1918 Francia y Alemania estaban a la gresca a ver quién le quitaba Alsacia y Lorena a la otra para anexionársela ella. Tras la devastadora II Guerra Mundial la Alemania nacional socialista de Hitler en 1945 quedó derrotada, abrasada, dividida y arruinada. Francia también sufrió muchas bajas y destrucciones. Llegaron a la conclusión si Francia tenía mucho hierro y poco carbón, y Alemania mucho carbón y poco hierro, en vez de boicotearse: ¿por qué no cooperar y crecer juntas? Surgió así la CECA (comunidad del carbón y del acero) de los 6 en 1951, precedente de la actual UE.

No hace falta llegar al caso del fútbol en Milán, donde los rivales Milano e Inter (Internazionale) para ahorrar gastos comparten estadio, el mítico San Siro, alternando las jornadas que un equipo juega en casa y otro fuera; pues en Asturias habría que haber construido el estadio común por Llanera, y sería más incómodo el desplazamiento para ambas aficiones. No obstante, vista la euforia desatada por el ascenso a Primera entre los carballones azules, si el equipo carbura unas temporadas, su aforo de 30.000 espectadores en el Tartiere puede quedar pequeño para los más de 25.000 socios que tendrá. Un estadio de 40.000 sí podría ser sede internacional y competir con San Sebastián, Villareal o Vigo.

Pasando del fútbol a la economía, el turismo por ejemplo, hay cuestiones donde ambas ciudades asturianas no tienen por qué odiarse, sino ser complementarias. Con carreteras con menos peajes y trenes que funcionaran bien, un puente festivo sería una buena ocasión para que foráneos de Madrid, Bilbao, León o Valladolid visitaran la catedral o el Calatrava en Oviedo, la playa de san Lorenzo o La Laboral en Gijón, o el Niemeyer en Avilés. Un partido de los grandes es otro aliciente para desplazarse. Y a quien le gusta la primera estancia puede repetir después, para estar más días o ver más cosas. Así pues lo del área metropolitana astur debe pasar de los proyectos retóricos a los hechos de cooperación. Mejor para el conjunto.

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