Opinión

Mina La Camocha: un sindicato, una memoria y un patrimonio

Patrimonio inmaterial, memoria democrática y acta fundacional sindical, concurren en la parroquia de Vega diversas alineaciones de la Geografía humana, entre el determinismo y posibilismo geográfico. En el caso que nos ocupa hablamos de la Geografía ambiental, más actual.

Comisiones Obreras surge, precisamente, a la par que la Geografía cuantitativa, cuyo referente es otro antropólogo a la vez geógrafo David Harvey. La Camocha está en interfase rural-urbana, aunque sea por abandono político la configuran como Geografía del envejecimiento a la chita callando y silencio administrativo. Una prueba evidente es el descuido patrimonial que le asiste: el tubo de fábrica de chimenea se desmocha, castilletes degradados, todas las instalaciones al descubierto precintadas como un lugar desierto, abandonado desde su cierre.

Es la Geografía humana la que interesa, por supuesto la física e instrumental, pero la categoría de "Lugar de la memoria democrática" no deja de ser un epíteto catalogado como Geografía cultural. Hablamos de un no-lugar, siguiendo a Marc Augé, cuando el tiempo y la inacción política desincentivan el sentido de pertenencia e interacción social, causa cultural que se resume en esas instalaciones mineras y en el acervo. Basta con acercarse al lugar y ver cómo la ecología va subsumiendo los estériles extraídos entre los arbustos que agazapan la historia laboral altamente descriptible en un sindicato, Comisiones, que se alzó en lucha frente a la verticalidad del momento.

La otra vertiente de la Geografía, la económica, pone de relieve cómo unos pozos mineros de Asturias son más distinguidos que otros, dependiendo igualmente de esa verticalidad que otrora fue vencida. Es vertical lo estatal y horizontal lo que fue privado, cuando ambos son cultura, patrimonio y memoria democrática.Es, valga el símil, como la enseñanza pública y privada, todas son enseñanza. Igualmente, la mina de La Camocha es patrimonio tangible del pueblo de Gijón, de la singularidad silente de sus gentes, Vega La Camocha, cuyo potencial paisajístico es inmenso.

Indexar en la Memoria democrática el lugar mina La Camocha está muy bien, pero el adagio asturiano "Pa con Dios hay que tener pol carro" viene al caso de un patrimonio tangible que se desmorona, menos títulos y más mantenimiento. Que esa catalogación histórica se acompañe de presupuesto y mantengan las instalaciones en pie, no vaya a ser que "la vaca mocha" que dio el nombre a nuestra mina acabe sin el unicornio, las chimeneas y castilletes dejando sin sentido a la propia memoria.

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