Opinión

San Pedro en Gijón

A Pedro de Galilea Jesucristo lo hizo pescador de hombres, después de pasar sus años jóvenes echando las redes en compañía de su hermano y de los hijos del trueno Santiago y Juan. Fracasaron algunas veces, porque sus duras faenas o no tenían éxito o cuando los centuriones romanos mandados por Poncio Pilato, les obligaban con impuestos abusivos a pagar lo poco que ganaban.

De lo que se libró, cuando consiguió una pesca milagrosa, después de estar toda la noche faenando sin lograr captura alguna; por mandato de Jesús, sin mucho convencimiento, lanzó de nuevo las redes y se llenaron de peces, y Pedro, el duro patrón, se convirtió en el discípulo sobre el que el Señor, colocó la piedra angular de lo que sería su iglesia. Tú eres Simón hijo de Jonás, pero te llamarás Cefas (Pedro), es decir, el primer, Papa cuya sucesión está garantizada dos mil años después con este Papa singular que es León XIV.

Hoy Pedro de Galilea tiene una presencia singular y misteriosa en Gijón, porque nos quiere ayudar a continuar con las tradiciones sagradas de nuestros mayores que siempre lo han considerado como su seguro protector en la faenas terrestres y marítimas. La bendición de las aguas bravas que golpean el entorno de la parroquia madre de Gijón celebrada el pasado domingo está totalmente justificada, porque toda protección es poca cuando se trata de gozar de las bondades de la playa de San Lorenzo. Un arenal del que dijo San Pedro Poveda, cuando vino a Gijón desde Covadonga para plantar las raíces de su gran obra educativa: "Dios hizo a Gijón dos regalos, la playa de San Lorenzo y su hijo más sereno e intelectual Jovellanos".

Bendecir las aguas del Cantábrico invocando a San Pedro, es un relato hermoso que configura el estío del "Gijón del Alma", hermoseado con la Salve Marinera, lo que no puede ser silenciado ni cuestionado por proclamas laicistas negativas, porque quebrantan el derecho de las personas, servidores públicos o no, a manifestar las opciones personales como consideren más conveniente.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents