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Opinión

La flotilla y algo más

Sobre las ocurrencias y los bulos de la derecha

Políticos y cronistas de derechas compiten para ver quién tiene la mejor ocurrencia sobre la flotilla de Gaza. "Asamblea de facultad flotante", "Dado el baño, ahora subvenciones para chiringuitos"; "Pseudo flotilla", "Es un elemento de agitación y propaganda, una performance"; "Esa regata de desocupados"; "Unos activistas sectarios"; "Batucada del mediterráneo"; "Si Israel tuviera las ganas de hacer daño, dejaría a Colau en Gaza como alcaldesa"; incluso dijeron que era una maniobra de Sánchez para ocultar sus problemas de corrupción, que hay que ver el poder que le suponen a Sánchez para movilizar activistas de cuarenta y seis países con barcos y todo, solo porque un juez sigue en su deriva infinita. Lo cierto es que la flotilla, al llenar las calles de todo el mundo de manifestantes contra el genocidio cumplió su objetivo.

La derecha es como ese anuncio en el que al producto le quitas lo superfluo y queda lo vulgar, solo que a la derecha, si le quitas mentiras y bulos queda en nada.

Feijóo el moderado, cuando no fue presidente porque no quiso, montó un numerito reuniendo a su grupo ante un edificio semejante a La Moncloa, decorado con atril y banderas como La Moncloa, soltó su discurso como en La Moncloa y acabó haciendo la foto de grupo en las escaleras como un presidente y sus ministros en La Moncloa. Fuera porque se lo creyera o porque alguien le mueve los hilos, desde entonces habla como presidente en sus intervenciones públicas y como si estuviera noqueando a su adversario, en el parlamento. Como no da la talla para uno ni lo otro, repite improperios en cada intervención arropado por su coro de portavoces que, uno tras otro, le hacen eco repitiendo la misma cantinela, cada uno con más énfasis. Huele a rancio pero da votos, eso sí, los votos van en su mayoría para VOX, pero eso no preocupa a quienes manejan el partido, que a falta de recambio aguantan a Feijóo; Moreno Bonilla estaba bien situado, pero difícilmente va a superar el caso mamografías, que puede ser la punta del iceberg de las autonomías que están privatizando la sanidad. En el resto de barones no hay donde rascar, la mayoría son simples palmeros y Ayuso, una marioneta sospechosa de corrupción que alcanza a familiares, pareja y ex pareja.

Un partido condenado por financiación irregular, que pagó su sede en B, partícipe a título lucrativo en la Gürtel, con más de treinta casos de corrupción en fase de instrucción, pendientes de juicio oral o vistos para sentencia, con el mayor número de imputados o condenados por corrupción, que privatiza la sanidad y la educación allá donde puede, que financia a medios afines digitales y de papel para difundir sus bulos, que montó una policía paralela para espiar a otros partidos, que votó en contra del divorcio, aborto, matrimonio homosexual, eutanasia, dependencia, memoria histórica, ingreso mínimo vital, salario mínimo, actualización de pensiones, que estableció un ilegal impuesto al sol que ahora paga el gobierno de coalición, que vació la hucha de las pensiones y entregó cien mil millones a la banca, que subió el IVA al 21% y otros impuestos a las clases bajas mientras rebajaba los de las altas, que subvenciona la tauromaquia y rebaja las becas comedor, ahora, viene a hablarnos de dignidad, exigiendo dimisiones por los bulos que fabrica y difunde. Es la zorra vigilando a las gallinas.

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