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Opinión

Una ópera con alma joven

La creadora y directora Maite García Heres, al frente de la "La Federica", sorprende una vez más con la ópera cómica "Gianni Schicchi", de Giacomo Puccini, en una versión adaptada para público infantil, traída a Gijón por la Sociedad Filarmónica. Pero lo que realmente cautiva no es solo la frescura de la propuesta, sino la implicación y el talento de los jóvenes intérpretes, cuyas edades oscilan entre 9 y 15 años.

La historia –una divertida comedia de enredos sobre la avaricia, el ingenio y el amor– presenta al astuto Schicchi, quien logra burlar a una familia hipócrita para quedarse con los bienes del difunto Buoso Donati: una casa, un molino, una mula y un jugoso capital.

En esta versión infantil, la esencia cómica y moral del original se mantiene, pero con una frescura que la hace cercana y comprensible para todas las edades. Destacaron varias voces, especialmente la de Simón, que interpretó su papel con credibilidad; también la del propio Gianni Schicchi, cuya emisión vocal y afinación sorprendieron por su madurez y peculiar timbre. Lauretta, por su parte, brilló al defender con seguridad y potencia la célebre aria "O mio babbino caro", uno de los momentos más aplaudidos de la función.

Casi una veintena de jóvenes artistas demostraron conocer su papel al detalle y lo defendieron con tal entusiasmo y precisión que el público del Jovellanos tuvo la sensación de estar ante plenos profesionales. La representación contó además con una reducida orquesta de siete músicos, que supo extraer toda la esencia de la partitura original con gusto y equilibrio.

La propuesta, además de acercar la ópera a los más pequeños, demuestra que el arte lírico puede ser también un terreno fértil para la formación y la ilusión juvenil. Un trabajo cuidado, fresco y con alma, que deja con ganas de volver a ver al elenco sobre el escenario.

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