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Opinión

Extremadamente grave

Atravesamos una situación realmente grave. Estamos en pleno intento de derribar un gobierno democrático empleando únicamente medios antidemocráticos a falta de otros argumentos. El Partido Popular, acuciado por los feudales del IBEX que exigen resultados ya, con veinte de veinticinco acusados que han reconocido su culpabilidad en un juicio por corrupción desprendido de Gürtel y otros cuantos en espera, desbordado por la mala gestión en sus comunidades, con Mazón cada vez mas acorralado por la dana, con Moreno Bonilla sumido en la mentira continua dando cada día una versión distinta de los cribados y despreciando a las víctimas,  con presidentes y alcaldes sometidos al  involucionismo de Vox para mantener sus puestos, con una presidenta madrileña a la que Feijóo teme más que a un nublado, que va por libre,  cuya pareja cada día lo tiene más crudo, aunque cínica como nadie, siga hablando de una multa mientras sus paranoias la hacen denunciar amenazas de  muerte, confían su futuro a las mentiras, a que los medios de comunicación pongan sordina a unas noticias y amplifiquen  otras, y a que los jueces estiren causas imposibles, para justificar insultos y acusaciones en el Parlamento  al presidente, aprovechando un caso de corrupción que parece limitado a unos personajes concretos, para justificar los que han montado a la mujer y hermano de Sánchez o al Fiscal general. Obvian que la UCO diga que no hay indicios de financiación irregular, unos sobres, cuyas fotos habría que saber quién y por qué las hizo, bastan para colar a la opinión pública una edición socialista de los sobres de Bárcenas. Que la UCO diga que las cantidades pagadas están contabilizadas y controladas por el Tribunal de Cuentas da igual, como da igual que ETA haya desaparecido hace catorce años para seguir utilizándola con absoluto desprecio a sus víctimas, su falta de argumentos les obliga a repetir constantemente las mismas manidas acusaciones. Rechazan cualquier propuesta de gobierno y boicotean reuniones ministeriales sin importarles perjudicar a sus comunidades. Saben que un golpe de estado solo triunfa cuando el gobierno cae, y a ello dedican todo su empeño, no hay otro objetivo.

Mientras tanto Vox, convertido en una máquina de recaudar dinero para una fundación opaca, que pese a los ingentes ingresos de dinero público declara pérdidas, con tres sanciones del Tribunal de cuentas por financiación irregular que superan el millón de euros, acusado de corrupción por sus propios militantes, hace el juego sucio alborotando calles y universidades, siembra odio al emigrante pobre falseando estadísticas, coarta libertades allá donde el PP los necesita y prepara el camino de vuelta a 1936. 

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